Con los ecos de los matasuegras retumbando, y de los polvorones deshaciéndose en la boca, de los turrones, de las almendras imperiales (mi dulce favorito desde que era niña), el del mazapán (digan lo que digan, el de Moratalla, el mejor del mundo), las uvas y el champán, el de estar cuarto en la tabla empatado a puntos con el segundo y, próximamente (como en los anuncios del cine), el del roscón de reyes y el chocolate; vuelve la competición liguera. Caray, ha sido sólo una semana, y vaya si los que nos gusta el fútbol, la hemos echado de menos. Yo, más que nada porque me dan mucho repelús estos parones justo cuando el equipo se encuentra en dinámica ganadora. Lo bueno de todo esto, es que las vacaciones son para todos.
La verdad es que la presente ha sido la Navidad más tranquila de estos últimos años. Vamos, que animada por el espíritu consumista de estas fechas, y que este año han dado en clavo con el diseño de las equitaciones, no he tenido dificultad a la hora de escribir la tradicional carta a los Reyes Magos y pedirles algo de merchandising del club. Si hasta los Reyes se han estirado con la plantilla, con la que está cayendo, y han anticipado un viaje a Vigo en avión, que aunque sea en vuelo charter, y dadas las distancias, yo creo que la plantilla lo agradecerá (eso sí, los Reyes Magos, son magos, pero hacer milagros con la puntualidad de los aviones, ya es demasiado hasta para ellos) Espero que Sus Majestades se estiren un poco más, y hagan posible volver de Balaídos con los tres puntos.