Esta eliminatoria final me ha dejado dos aspectos relevantes:
uno, no me ha traumatizado la eliminatoria como la disputada con el Cádiz CF
hace tres años-ni siquiera en la ida-; segundo, que veo “sólida” la relación
entre aficionados de la SD Ponferradina y del Hércules CF. Es decir, no he
sentido una sensación de frustración-de esas que no dejan dormir de tanta
adrenalina soltada-, sí de desilusión porque vamos camino de una sexta
temporada de “mismos amigos”(Lleida, Badalona,Atlco Baleares, Valencia B,
Villarreal B,Cornellà…) en una categoría maldita y que nos muestra que nunca
aprendemos de nuestros fallos. Tardamos un lustro para salir la primera vez (1988-1993),
seis en la siguiente(1999-2005) y camino del sexto año en esta tercera etapa.
Dieciséis temporadas sin ser primero, dos como “subcampeón”(2005,2019),dos “terceros”(2002
y 2016) y tres “cuartos”(1993,1999 y 2015) como posición de play-off; fuera de
él, nueve temporadas( en los dos primeros años no hubo play-off pero tampoco se
ocupó esas posiciones). Decía hace años un ilustre de la prensa/radio
alicantina que lo absurdo era no hacer la cosas bien en segunda, cuando “únicamente tienes que ser mejor que cuatro
equipo” y caer a segunda B(era la temporada 1998/99 cuando lo dijo). Te pasas
de “tener que ser mejor que cuatro equipos(de los 21 restantes)”a tener que ser
mejor que 76 equipos(de 80).
Decía que no sentí frustración,
ese mal rollo de no ganar el ascenso en casa como el día del Cádiz CF(de hecho,
prefería que el ascenso se disputara en Ponferrada) pero sí una situación de
pereza, de ver que se vuelve a empezar de nuevo, de pensar que todo nuestro ser
deportivo será a partir de mayo-junio pero que debes ganarte el billete entre
los cuatro primeros. Nueve meses largos para vivir tres eliminatorias a sangre
y fuego(si es que se logra superar las dos primeras). Para ello, habrá que ver
qué pasos se van a dar a todos los niveles, comenzando por la planificación
deportiva y siguiendo por la social con la campaña de abonados. Veremos qué
nivel mostrará el club durante estas semanas y esperar. Reconozco que hay puntos en los que me siento
preocupado. Temo una campaña de abonos como hace dos-tres años y no la del año
pasado; creo que no va a haber la magia del año pasado. Aunque algunos han
denigrado el papel de Quique Hernández, creo que su hacer se percibió la
temporada pasada y, ahora sin él, algún elemento dentro de los “inversores” puede
decidir que hay que recuperar las medidas locas de hace un lustro.
Por lo demás, esperando que llegue el calendario y, sobre
todo, el primer partido para ver por dónde va el equipo…y echando de menos a
algunos de esos 22.000 aficionados que no aparecerán hasta, quizás, dentro de
un año.
Apunte.
Espeluznante final en Son Malferit. De estar sentenciada la eliminatoria a
tener el Atlético Baleares la llave del ascenso. Al final, han nadado para
morir en la orilla y no sabemos qué efectos tendrá esto en el ánimo de los
insulares. Lo que sí se supone es que es el último partido en dicho feudo antes
de volver a su remozado Estadio Balear.