domingo, agosto 30, 2020

A estas alturas

Uno de los recuerdos que tengo en el mundo del fútbol es que, a finales de agosto, comenzaba la Competición con letras grandes: la Liga. Formaba parte de esta historia una serie de rituales como ir a abonarse, acudir a la presentación del equipo, comprar la guía con todos los fichajes(Marca lleva 25 años, más de media vida mía pero antes estaba don Balón) y comenzar una competición que nos llevaba hasta finales de mayo o mediados de junio cuando no había Europeo o Mundial hasta hace unos años. Mi primer partido en el estadio José Rico Pérez fue un 29 de agosto de 1982, era un programa doble de amistosos: Hércules- Elche de veteranos y Hércules- Atlético de Madrid que acabó 1-0. El equipo había bajado a segunda poco meses antes. Ese año, deportivamente, no fue bien-de hecho, salvo la temporada 1959/60 siempre ha costado subir tras descender la edición anterior. Año tras año he visto ese recorrido que, en lo bueno para un niño, nos llevaba al verano de nuevo.

Sin embargo, desde marzo llevamos un período largo que, con la preocupación del COVID, nos hemos tenido que alejar de los estadios. Irónicamente, aquel Hércules-Cornellà del 15 de marzo de 2020 era un partido al que no teníamos pensado ir por cómo iba la pandemia y, seamos realistas, el juego del equipo tampoco daba para “arriesgarnos”.Sin embargo, la RFEF se adelantó a nuestros propósitos y suspendió esa jornada y, luego, la temporada. Ahora echamos de menos acudir al estadio y, en cierto sentido, también nos preocupa que el club( y los demás, seamos justos) deban de arriesgarse sin saber cómo se desarrollará todo en lo referente a presencia de gente en los estadios. Hay plazas de toros que se abren al público, el Teatro Real abrió su aforo al 50-60% de su aforo para “La traviata” de julio pero algo nos dice que Rubiales, más pensando en su reelección, no sabe qué hacer. De hecho, llama la atención que en el protocolo que se ha entregado no se mencione nada sobre una hipotética presencia de aficionados en las gradas y eso me preocupa porque no lo han valorado y eso requiere de un estudio más allá de que los espectadores vayan con mascarilla.


En lo futbolístico, el problema es que no se sabe cómo se va a llevar a cabo la temporada, cuándo comienza, cómo lo quieren hacer pero, sobre todo, lo que hace una Federación que, al mínimo contratiempo, se abalanza a la solución más sencilla, como se pudo ver con el ascenso a segunda B en la que subió a los cuatro equipos(CD Alcoyano, Marino, Lealtad y Linares) porque un partido no se pudo a jugar por positivos que luego fueron falsos. Como vuelva a pararse la competición porque la pandemia regrese, me temo una segunda B con 150 equipos en la 2021/22.


Así pues, a 30 de agosto estamos sin saber nada y echando de menos otros veranos donde la certeza era absoluta.


Apunte. De vez en cuando viene bien un lío tipo “Fuenlabrada” para que el verano sea entretenido con líos judiciales, repasos a los reglamentos y códigos disciplinarios de la RFEF... y aficionados rebotados porque alguien les pone la verdad por delante.




domingo, agosto 09, 2020

Una larga espera

A la espera estamos de la decisión que tome la RFEF respecto al inicio de las competiciones de 2ªB para abajo. Las alternativas son terribles y la más pesimista apunta a marzo, con lo que sería un año sin fútbol, salvo los que han disputado la promoción express. De enero ni lo planteo porque en noviembre se acabarían echando atrás. Y todo para disputar una delirante competición de 100 equipos. Todo un periplo a la espera de la llegada de unas vacunas que tampoco serán la panacea definitiva. Todas las categorías del fútbol, un protocolo anti-COVID que tampoco es efectivo y un coste excesivo que es imposible abarcar. Y ya no digamos de cómo resolver situaciones como la acontecida con el Fuenlabrada...o el canario Marino.

El problema es que el asunto éste deja una situación curiosa, nadie se preocupó por el Covid antes del 8 de marzo(se jugó en Zaragoza ese CD Ebro-Hércules y la gente acudió al estadio una semana antes. Sin embargo, amén de mascarillas y obligaciones varias(y excesivas en algunos aspectos) ahora nos han inducido una situación difícil para salir. Nos tuvieron confinados casi dos meses, limitados a la hora de movernos un mes más, han logrado al mismo tiempo una situación de claustrofobia...y agorafobia que ya es algo sublime. Y, claro, en el fútbol hemos visto que la gente decía que era una vergüenza disputar los partidos que quedaban en primera y segunda, que no era importante, pero ahora se pide empezar la segunda B desde septiembre y si es con público, mejor.

Soy escéptico y me huelo un año deportivo en blanco más abajo de la LFP que, por sus medios sí podría llevar a cabo ese protocolo anti-COVID, pero imaginen PCR para cincuenta partidos en segunda B, controlar que ninguno de los cien equipos va a fallar en ese protocolo...y si ya vamos más abajo...Tercera,Regional...

Apunte. Kappa se une a la lista de marcas que han vestido al Hércules desde que fue habitual que aparecieran en la camiseta a comienzos de los 80:Adidas, Resy, Luanvi, Front Runner(diez partidos de la 1992/93), Rasán, Kelme, Astore, Nike, Kelme(segunda época) y Kappa. Kelme estuvo presente en diez temporadas, Rasán en nueve y Nike en siete. Sin embargo, para el recuerdo está la camiseta de Astore y que fue emblemática.

lunes, agosto 03, 2020

La estirpe de los creyentes

                 La verdad, es que han pasado tantas cosas en estos meses, y todas no precisamente buenas, que me resulta hasta obsceno hablar de fútbol, cuando el que más, o el que menos, ha perdido a alguien, o su forma de sustento, en esta pandemia, que está arrasando el mundo, tal y como lo conocíamos. Pero, supongo, que está en nuestra naturaleza, seguir mirando hacia adelante, y pensar en cosas más banales, como el fútbol,  aunque sólo sea en un intento, de intentar recuperar, con más o menos ganas, nuestra rutina, aunque no sea tampoco en las condiciones que la veníamos disfrutando.

         En el caso del Hércules, el culebrón Carmelo del Pozo ha tocado a su fin, y tras tiras y aflojas, parece ser que ya tenemos Director Deportivo, mucho antes, en ese universo anómalo llamado Hércules, que tengamos Presidente. Sirva como anécdota, que cuando supuestamente lo fue García Pitarch, en el mismo BORME apareció en el mismo día su nombramiento, y su cese como tal, así que realmente,  lo tener o no Presidente, es irrelevante, cuando las decisiones las van a seguir tomando los mismos, como bien se dio muestra de ella la temporada pasada, y que casi nos lleva al desastre.

         No sé si es que ya estoy muy quemada, o que como el diablo sabe más por viejo que por diablo, directamente no me fío de lo que pueda pasar, si a la pelotita, que es muy caprichosa, le da por no entrar en la portería correcta, pero no comparto esa euforia que se ha desatado en redes sociales, con el advenimiento de Carmelo. No es por él. Me da igual que sea él, o el mejor director deportivo del mundo mundial, simplemente es que, a estas alturas de la vida, no creo en Caballeros de Blanca Armadura, que vengan a sacarnos de este lodazal de 2b, y no digamos ya con el nuevo modelo de competición, y eso sólo hablando del terreno deportivo, porque en el institucional, ya esa idea la he abandonado por completo, desde hace tiempo.

        Pero hete aquí, que el herculano, está genéticamente programado para que querer a su equipo (no confundamos equipo, con directiva), y estoy deseando que se inicie la competición, para disfrutar y sufrir, por partes iguales y, sobre todo,  renovar nuestro abono, con la esperanza de que “este año será el nuestro”, y que “otro Hércules es posible”. Siempre queremos creer, que cada año será diferente, y que la Diosa Fortuna, nos debe el sinsabor del año anterior, y este año lo compensará  con creces, y es por eso, que si la pandemia lo permite, un año más mi garganta se unirá a la de los otros creyentes, que juntos proclamarán al viento aquello de..¡Macho Hércules!


El dogma de la jornada unificada

La segunda división está que arde. Por un lado, un equipo deseando salvarse del descenso a segunda B en los despachos; por otro lado, otro equipo deseando jugar ya ese último partido y encaminarse a un play-off de ascenso que tampoco está asegurado, como el del ascenso a Segunda B, por la amenaza de algún positivo más, aunque sea falso. Entre medias, otro más cercano pidiendo que se le dé la plaza de 6º para jugar el mencionado play-off porque huele que, de disputarse, acabará suponiendo la pérdida de esa ficticia plaza.

Ese lunes 20 de julio amaneció con un equipo, el Fuenlabrada, que tuvo varios positivos y que hacía imposible jugarse el partido ante el RC Deportivo de la Coruña en Riazor. Lo impensable, para los aficionados que no estamos “afectados”, es que se jugase el resto de la jornada. Era un riesgo gordo porque, de darse unos resultados determinados, el empate a cero sería suficiente para un biscotto colosal. Sin embargo, los que necesitaban ganar cumplieron(CD Lugo, y Albacete Balompié) y el descenso se cumplió de forma automática. También se comprendía que se quisiera acelerar por si acaso.

El conjunto coruñés desde entonces se ha sentido damnificado y solicitando desde la liga de 24, el descenso del conjunto madrileño y metiéndose en líos judiciales con escaso éxito. Para su desgracia, se ha encontrado con dos buenos contrapesos como han sido los comunicados desde Almendralejo y Santander pidiendo Liga de 26, porque no ven justo que no se baje a Deportivo, Numancia y a ellos sí.

Para ampliar la fiesta el Deportivo, además, exige que se repita la jornada 42ª cuando es algo inviable a todos los efectos ya que muchos equipos se están planteando la siguiente temporada y con los jugadores de vacaciones. Cualquier excusa, para ellos, es buena para evitar una situación que les afectará de todas maneras.

Hay en toda esta historia una sensación de dogma de la jornada unificada, un escenario correcto en la teoría(todos saben lo que están haciendo los demás a la misma hora) pero que suele ser más manipulado en la práctica. Siempre se han dado circunstancias curiosas en la última jornada(redes mal colocadas, aspersores que se encienden espontáneamente o, directamente, invasiones de público cuando queda poco para terminar el partido). Son estratagemas que pretenden dar unos minutos para ver si es suficiente el resultado, si es necesario más o un empate es suficiente y suelen ser más usados por los equipos de abajo o, en menor caso, de arriba(ascensos). En el caso del Deportivo de la Coruña, fue más grotesco aquel incendio de una parte de la cubierta en la última jornada de Liga 1990/91 ante el Real Murcia en la última jornada de competición, qué curioso. Les permitió afrontar el partido con un margen de cuarenta y cinco minutos respecto a los demás partidos finalizados. Pero es que, tres años antes, ese Deportivo-Racing de Santander empezó un cuarto de hora después que los demás y permitió a los coruñesistas saber que debían ganar para salvarse y lo hicieron sabiendo la derrota del Bilbao Ath.

Es muy bonito invocar la jornada unificada, más bonito sería ser legal con esta situación y no aprovecharse en beneficio propio como lo ha querido hacer el conjunto coruñesista con una situación que, además, puede jugar malas pasadas porque pedir sancionar de forma excesiva al conjunto de Fuenlabrada es arriesgarse a que, en alguna ocasión, le pueda ocurrir a ellos. ¿Se imaginan al Coruxo pidiendo que el Deportivo bajase a tercera por una situación similar con positivos de Coronavirus?.


Elegancia.