En esta semana en la que se habla de los 200 partidos de Sergio Fernández o los 100 de Sendoa cuando jueguen ante la Real Sociedad, quisiera poner sobre la mesa el nombre dos jugadores que están viviendo el ostracismo más duro. Ambos tuvieron su ocasión de jugar en los encuentros de Copa del Rey pero no se ve atisbo alguno de volver a jugar en competición regular salvo circunstancias especiales. Uno, Unai Alba, estuvo casi toda la temporada pasada ocupando la titularidad salvo los siete primeros partidos de liga y los dos últimos que fueron para Sanzol; el otro, Álvaro Cámara, había vuelto la temporada pasada pero renqueante de una larga lesión de rodilla. El portero vasco no ha jugado ni un sólo minuto mientras que el centrocampista sólo ha jugado tres minutos del primer encuentro liguero. Juan Calatayud por una parte o la condición de ser el cuarto centrocampista de la plantilla hacen que estos números no hayan crecido. Para su "desgracia" particular, la trayectoria de los titulares hace que la gente no cuente con ellos, a pesar de su pasado más o menos brillante.
No es un alegato por la titularidad de ambos jugadores, quisiera que se entendiera este artículo como un recordatorio de que hubo una época en la que las paradas del vasco, su perseverancia en jugar a pesar de las molestias que sufría en el hombro, y que le hicieron perder parte de sus cualidades, y no dudó en dar muestras de su profesionalidad; lo mismo se podría decir de Cámara, que tuvo sus momentos de gloria saliendo de la 2ªB o algunos golazos que están tardando en volver(en El Ejido y en Ferrol marcó dos trallazos inolvidables). Como en su día comenté, cuando se preveía su marcha a Albacete, aunque un equipo lo forma la plantilla, un futbolista puede agarrar el carro y llevarlo adelante sin problemas: marcar en Ceuta, apuntillar a los norteafricanos o el segundo gol en Alcalá de Henares fueron hechos suficientes para recordar su buena estrella. Aunque ahora no juegan, su papel es primordial en este momento: saben que tienen muy difícil jugar porque desbancar a Calatayud(Alba)o a la pareja Abel Aguilar-Farinós(Cámara) es casi imposible ante el gran nivel mostrado por los titulares. A ellos les cabe el deber profesional de luchar en los entrenamientos y de no crispar el vestuario. Si el grupo profesional de futbolistas es una "piña" se va a deber también a ellos por no mostrar desacuerdo por no jugar. Ojalá el destino sea magnánimo con ellos y les de esos cinco minutos de gloria en esta plantilla incomensurable.
Apunte Ocho son los goles que alejan al Hércules de ser el equipo máximo goleador de la segunda categoría como ya fue en la temporada pasada. Ambas temporadas están destacando por seguir los mismos patrones: el gol muy repartido, ningún jugador destaca individualmente por su casillero de goles.