miércoles, abril 02, 2008

Un banquillo inquieto

De nuevo, aparece en el entorno el baile de nombres para el banquillo herculano aunque el fin no sea el reemplazo inmediato de Goikoetxea sino definir una baraja de opciones de cara a la 2008/09. Por una vez, los nombres de Quique Hernández o Manolo Jiménez están fuera de todas las quinielas de futuribles. De los nombres sacados, los dos que parecen ganar un poco de opción son Juan Carlos Mandiá y Lucas Alcaraz-aunque, en este caso, el rumor llega desde la vecina Murcia-; lejos estarían otros con menos caché pero que, por ejemplo, en el caso del actual entrenador del Salamanca, estuvo a punto de ser opción pero Andoni Goikoetxea se hizo cargo del equipo. Las dos opciones tienen sus pros y sus contras. Mandiá tiene como principal ventaja el hecho de conocer la casa herculana y la idiosincrasia; además cuenta con el hecho de que, junto a él, regresaría Kike Sanz como preparador físico; el principal inconveniente es que, como todo entrenador que vuelve, ya tiene de inicio sus partidarios…y sus detractores; a éste problema se le añadiría otro, más complejo, que sería el planteamiento deportivo y el objetivo del entrenador gallego de tener potestad como manager deportivo. Por su parte, Lucas Alcaraz tiene como positivo una trayectoria a tener en cuenta (dos ascensos, un subcampeonato de copa en 2003 y buenas temporadas en las que ha optado al ascenso con Granada CF-dos promociones de ascenso a 2ª-o Xerez); en el lado negativo, tiene dos aspectos: el mal recuerdo del juego murciano en la temporada pasada y, sobre todo, aquella historia de las molestias de los jugadores jerezanos que obligaron a suspender aquel encuentro.

Sea lo que sea, el futuro inquilino del banquillo herculano ya sabe que éste se parece más a una silla eléctrica que a un confortable banquito como el que luce en la actualidad Andoni Goikoetexea en los partidos de casa. Es más factible contar las temporadas en las que hubo continuidad de principio a fin. Así, de las últimas tres décadas y media, hubo un único entrenador en las cuatro temporadas de Arsenio Iglesias, Benito Joanet(78/79) las dos temporadas de Koldo Aguirre(80/81 y 81/82) y, desde ahí, hubo de esperar una década exacta para que Quique Hernández repitiera hazaña(92/93 y 93/94)-eso si, a diferencia del vasco, el de Anna consiguió llegar a Segunda desde la categoría de bronce…y no desde la división de honor-; Manolo Jiménez(95/96) iba camino de ser el último gran referente de entrenador herculano que termina la temporada que inició pero Granero acabó aquella 2003/04, última sin cambio de entrenador. Pero lo normal era y es la sustitución de entrenador, en algunos casos, hasta doble cambio, lo que hace inestable todo lo deportivo en este Hércules, en el que la figura del entrenador ha sido el continuo pim,pam,pum de la afición hacia el mister, sea de forma merecida o inmerecida.


Apunte Pobre Real Sociedad. Lo que le puede pasar estar tarde al equipo “txuri-urdiñ” no se lo deseo ni a mi enemigo: Badiola puede dar un golpe de talón y contratar a Juan Manuel Lillo para que la entidad guipuzcoana regrese a primera. El de Tolosa, de aventura por otros países, entrenaría al equipo donostiarra desde hoy. Con todo, la temporada de la Real Sociedad está siendo óptima para ser un equipo que ha dado un cambio de presidente, con el tercer relevo de entrenador. Otro cualquiera ya estaría defenestrado camino de la 2ªB.