Un gol de Sendoa fue suficiente para quedarse el Hércules con los puntos en juego. De forma merecida, aunque sólo fuera para ganar por uno a cero, se logró una victoria que nos acerca al objetivo B pues el A está lo suficientemente lejos como para mentarlo. Pero, al menos, que la victoria sirva para lograr los 50 puntos y ponerse manos a la obra con la temporada 2008/09 con el nuevo formato de dirección técnica. El encuentro como tal no pasará a la historia aunque, para ello, buena parte de culpa se la podría llevar el propio conjunto rival que ha sido uno de los que menos ha ofrecido en un estadio en el que habían volado la friolera de 27 puntos…y la mitad de tumbas sin cerrar. La victoria tuvo cierto toque épico-bueno, algo exagerado, lo reconozco- al jugar con diez más de media hora tras la injusta expulsión de Mariño- habría sido justa si alguna de las tarjetas por mano se hubiesen mostrado igualmente al conjunto blanquinegro- en una falta en una esquina del área grande. El final fue “sublime”.Sin delantero de referencia, con cinco defensas(Juanma, Diego Jaume, Sergio, Graff y, por delante como interior, Albacar) y cuatro centrocampistas(Ariel, Farinós, Rodri y Cámara, un poco más adelantado) aguantando un 1-0 sufrido que, afortunadamente, se mantuvo con el pitido final del encuentro.
Para un aficionado imparcial y sin afición por ninguno de los rivales, el encuentro fue, en cierto punto tedioso. Por un lado, un monólogo inconcluso como el del Hércules que tuvo sus opciones que, sin ser claras, al menos se hacía acreedor a la ventaja que, al final, fue decisiva; por otro lado, el Castellón no inquietó lo más mínimo a la defensa herculana y, hasta el minuto 40 de la primera parte no se arrimó con cierto peligro. A pesar de disparos como el de Mariño, el tanto llegó por un error de la zaga castellonense y que Sendoa aprovechó para arrebatar el balón y cruzarlo ante la salida de Carlos Sánchez. Hubo alguna opción más como una jugada en la que Sendoa se encontraba con un balón que no acertó a controlar lo suficiente como para empujarlo a puerta vacía. En la segunda parte, el dominio siguió siendo herculano pero la expulsión del peruano obligó a cambiar la imagen dominadora por otra más controladora del juego. De esa segunda parte, los porteros fueron invitados de honor de un encuentro sin ocasiones claras de gol. Y lo raro es que un equipo con cierto sueño de ascenso no se mostrara más aguerrido jugando con uno más. En ningún momento, Unai sufrió las embestidas que otros conjuntos han hecho que el cancerbero vasco fuera el mejor del equipo; sólo en un momento, Unai fue objeto de miradas herculanas y era más por el temor del regreso del viejo amigo, el maltrecho hombro, que por otra cosa. Los nueves jugadores de campo se comportaron como jabatos pero es merecedor de destacar la labor de Sergio Fernández que luchó y no dio ni un solo balón por perdido; el buen defensa se hace merecedor cada año a cualquier mención honorífica por parte de la afición. El encuentro que comenzó con los gritos de “Goiko, vete ya”, acabó con aplausos a los jugadores, algún que otro grito hacia el entrenador pero la afición supo que era momento para agradecer el esfuerzo de haber mantenido la ventaja y lograr la victoria.
Apunte Al final, aquellas victorias valencianistas ante Barcelona y Real Madrid han acabado siendo un espejismo tras otras tantas derrotas. Al Valencia se le ve tintes de equipo que va a sufrir y lo peor es que la Copa del Rey está siendo algo envenenado porque ni es lógico cesar al entrenador que te ha llevado hasta la final pero tampoco lo es, perder los tres últimos encuentros. Y dirán Vds. que el Valencia, con dos tiros al palo no mereció perder ante el Racing…pero esa es una típica característica de equipo de descenso: tener tan mala suerte para fallar sus goles cantados…como para recibirlos con facilidad.