No. No me he equivocado con el título después del triunfo claro y rotundo ante la SD Eibar. Lo de ayer fue una gesta por lo que supone vencer por primera vez el equipo armero en el Rico Pérez, además del hecho de que, en los seis encuentros anteriores, sólo les había marcado dos veces mientras que ayer fueron cinco los goles. Pero ahí acaba la gesta y comienza la narración del monólogo que se vio ayer de principio a fin con alguna que otra intervención “estelar” del conjunto vasco. Porque en menos de diez minutos de juego el Hércules había encarrilado un encuentro ante el temido autobús del entrenador Mandiola: centro de Mariño que le llega a Rubén Navarro para encarar portería y batir de tiro cruzado a un pobre “Pichu” Cuellar-demostró el portero que aquel 0-6 del Barcelona al Atlético no fue un accidente, es que el portero es malo- que no sabía lo que le podía llegar. El Eibar tuvo el control del juego y la intención de empatar y lo tuvo a tiro cuando un disparo fue al larguero pero sólo fue un espejismo pues unos minutos después, una jugada de Ion Vélez por la parte derecha, un pase para Rubén que dispara pero el tiro tan poco afinado se convierte, paradojas del destino, en pase que aprovecha Sendoa para colocar el 2-0. Por medio, el equipo vio como se le anulaba un gol o como Rodri tuvo opción de marcar tras un disparo desde la frontal. Vamos, que el 2-1 del Eibar fue una desagradable sorpresa. El descanso llegó en el momento oportuno pues el equipo azulgrana-ayer de Celtic de Glasgow- tuvo sus opciones de igualar el marcador pero las sensaciones no eran tan “peligrosas” como en otros encuentros.
La segunda parte casi se puede decir que empezó con la sustitución de Albacar por lesión. El equipo rival dejó de inquietar y el Hércules siguió su monólogo sin inmutarse. Un saque de esquina, producto de una de las pocas intervenciones del cancerbero visitante ante el remate de Ion, acabó en las redes por el oportuno remate de Sergio Fernández. Con 3-1 la victoria ya era segura y era cuestión de ver cómo terminaba el encuentro…hasta que un empujón a Ion Vélez dentro del área fue señalado como penalti. Marcó Mariño el 4-1 por partida doble al tener que repetirlo-el peruano se lo tiró al otro lado mientras Pichu se creyó que lo iba a tirar al mismo sitio que en el primer disparo- y el jolgorio aumentaba ante una victoria tan clara como imponente. El fin de fiesta llegaba con el disparo como pudo de Ion Vélez y que se alojaba en la portería sin que nadie pudiera…o quisiera evitarlo. Lo más positivo y doloroso de ayer es que esa garra que el equipo mostró para buscar el sexto gol no se hubiera visto en el Rico Pérez a lo largo de la temporada en pocas ocasiones. Es esa “actitud” la que se pedía, porque con esa manera de actuar, el hecho de estar poco afortunado sí se perdona. Ese 5-1 es un logro que no se recuerda desde hace tiempo. En segunda división, desde aquella temporada del ascenso a Primera(idéntico resultado ante el Logroñés o el 6-2 ante el Alavés) y la última vez desde aquella tarde lejana de 2001 cuando se vencía, ironías del destino, al Alcalá.
Apunte La canción que Fran Navarro dedicó al Hércules tuvo un feliz “estreno”. No sé si se puso en el calentamiento pues llegué en los últimos instantes pero sí se puso dos veces en el descanso y al final del partido. La mala suerte que ha tenido Fran es que la situación deportiva no le va a permitir tener el éxito de Arrebato, pues éste logró magnificar su éxito con el logro deportivo de la UEFA. Lo bonito hubiera sido que esta canción hubiera sido compuesta con el equipo camino del ascenso como en el 96.