ARCO es la feria (yo creo que es la mejor manera de definirlo) de Arte Contemporáneo que cada año nos deslumbra (y de qué manera) con sus innovadoras (demasiado para mi gusto) y provocadoras (eso sí) propuestas de lo que hoy se conoce como arte (ejem, ejem).
Si es que yo lo tengo dicho: es el arte de la provocación, porque no hay nada que provoque más que ver como un tipo que pega la tapa de un retrete en un lienzo, se puede estar forrando y recibiendo elogios; mientras que el resto de los simples mortales nos tenemos que levantar a las siete de la mañana todos los días, para apenas llegar a fin de mes.
El Hércules, por lo visto tiene pensado presentarse el año que viene a la próxima edición de esta muestra, con un collage formado por un marcador abstacto-impresio-puntillista, que además va cambiando de diseño (¡¡Qué bonito!!) y equipo a juego con una formación abstracta del todo, de difícil dibujo, y no digo ya cuando juega con 5 defensas y 4 centrocampistas, ya nos se sabe dónde va cada uno. En fin, como decía, el arte moderno es provocador.
Pero como el arte se sirve de la inspiración, bendita la de Sendoa al dar ese pase, la de ese extremo holandés que pide paso en la banda derecha y, por supuesto, y como cada semana, la de Unai con dos manos prodigiosas, sino estaríamos hablando de de otras cosas.
Decía yo la semana pasada que por hablar alguno de los reyes del empate acabaría ganando...si es que yo sé de lo que estoy hablando, y la próxima semana viaje a San Sebastián, uno de los gallitos de la categoría, pero ya sabemos de sobra que el Hércules es capaz de todo.
