domingo, enero 13, 2008
La semana del derby(IV):Mucho corazón...y poco juego
Blas Pérez mira al suelo mientras Tote anima a sus compañeros
Era un partido esperado para salir de la mala inercia. Toda la semana se había insistido en la necesidad de ganarlo pero se rompió todo en diez minutos para olvidar. El encuentro comenzó casi con el 0-1 desde un principio. Antes de acabar el primer minuto, el árbitro, ayudado por el linier de tribuna, anulaba el tanto ilicitano. Poco después, Noel Williams aprovechaba un despiste en el centro de la zaga para marcar el 0-1 que, al final, ha resultado ser el definitivo. El equipo ilicitano plantó un once que sabía cuál sería la principal función: dominar el centro del campo. El Elche estuvo bien plantado durante los noventa minutos mientras el equipo dirigido por Goikoetxea, que apostó por un joven y voluntarioso Santacruz, llevó el partido con los mismos ingredientes: mucho ímpetu, peligro creado por jugadas a balón parado pero sin más fundamentos que intentar buscar la espalda a los centrales y que los dos delanteros estuviesen afortunados. Por el contrario, no se le veía ni dominio en la zona central ni entradas por banda donde la inexperiencia de uno( el juvenil) y la mala colocación de otro(Cámara era poco adecuado para jugar por zona izquierda. El equipo blanquiazul estuvo achuchando al visitante pero se veía que el (bendito) problema ilicitano fue no apuntillar al principio porque se percibía que cuando conectaran de nuevo los centrocampistas con el delantero, crearía más peligro. Tuvo sus ocasiones el Hércules- no se niega el hecho de que uno de los mejores del Elche fue el cancerbero- pero la dinámica es tan negativa que lo fácil parece complejo.
Con la intención de remontar el 0-1, se procedió a dotar al equipo de banda izquierda, saliendo un desaparecido Cámara por un jugador específico como era Sendoa. Aparte de dos sustos bien salvados por Unai Alba, el equipo herculano volvió a apelar al corazón para darle la vuelta mas los de arriba no lograban dar con la jugada: ni Blas ni Ion Vélez consiguieron finalizar esas jugadas corajudas. Pero se veía que este Hércules podía estar 90 atacando que no marcaría goles. Los cambios para ubicar a Farinós y Mariño por Sergio Fernández acabaron de romper el equipo. El Elche, quizás preocupado porque en otros desplazamientos había tirado el partido en la segunda parte(Eibar, Salamanca o Las Palmas), se fue hacia atrás y estrechó más los lazos hasta el punto de que era difícil conectar con los jugadores de delante. Los últimos minutos fueron claramente de más a menos, repletos de constantes fallos de imprecisión. El pitido final fue el inicio para los gritos de cese. Definitivamente, estas dos semanas, los cambios realizados, dejan evidente que la brújula se ha perdido y el equipo se ha extraviado: se apostó por la agresividad desde el principio de liga; se pasó a la necesidad de la “puerta a cero” y esa antigua puntería, ese saber hacer a pesar de encajar goles y se ha llegado a un punto de querer regresar a la anterior versión y ese equipo ya no se encuentra.
Apunte Con todo, la pena es que ambientes como hoy son los que hacen ilusión y, por desgracia, no se ven a menudo. Si lo habitual fuera meter 15000 espectadores-creerse lo de catorce mil espectadores sería de crédulos, había más- iría mejor las cosas.