Sin duda, un Hércules-Elche es un partido con una relevancia que va más allá de los tres puntos. No es que se jueguen la vida pero es un partido digno de no esperarse lo lógico, sino lo contrario. Es un encuentro cargado de mucha emoción por parte de ambos contendientes, donde el que va bien intenta acentuar la diferencia…y el que va peor quiere dejar las cosas claras. Es un duelo que, encima, se ha visto dotada de ese plus de rivalidad provincial entre la capital y la segunda ciudad más poblada y, a su vez, deseosa de separar lo alicantino como provincial de lo ilicitano- tienen su propia Universidad, doble patrimonio, el nuevo Corte Inglés,etc -. Pero son poco más de 20 kilómetros y es normal que la gente, aficionados de su club, trabajen en la otra ciudad(alicantinos en Elche, ilicitanos en Alicante). La rivalidad, quizás por mayor madurez, quizás por ese tiempo sin existir, ha mantenido los aspectos positivos mientras que los negativos apenas han tenido la importancia de antaño…a pesar de que nadie está libre de que exista un mal incidente. Vistas las relaciones entre entrenadores y directiva, la “paz” es lo que se percibe, incluida el intento de buenas relaciones entre determinadas peñas de ambos equipos. Ahora, se puede decir que son más que tres puntos, con la tranquilidad de que el ambiente no estará tan caldeado como en otras temporadas.
Personalmente, el Hércules- Elche es un duelo que me ha aportado bonitos recuerdos, alguna curiosidad y, por desgracia, algún “palo”…aunque éstos, en Alicante, han sido pocos. El primero fue un duelo entre veteranos(83/84) que era “telonero” del Hércules-Atlético de Madrid en dicha pretemporada- por aquel entonces, sabía de la rivalidad entre ambos clubes por lo que sería interesante saber quienes ocuparon el once herculano; los verdaderos recuerdos apuntan al periplo común de ambos en 2ªB(91/92 y 92/93), especialmente, aquella tarde de Reyes en el que Eduardo Rodríguez marcaba dos tantos al equipo ilicitano que sirvieron para ganar al conjunto franjiverde. No volvieron a verse las caras, aparte de la Copa, hasta la 97/98 en el que el equipo de David Vidal vencía por 2-1 en los últimos instantes tras remontar un 0-1 inicial. Ese equipo era el Hércules y el entrenador gallego estaba en su primer encuentro en casa tras su debut en Jerez de la Frontera-cosas del destino, se vuelve a sentar en el banquillo contrario-.Salvo algún amistoso esporádico-aquel 1-0 en la copa Generalitat gracias al tanto de Darino-, el regreso a la segunda división no ha sido positivo para las huestes blanquiazules pues aún no se ha vencido al Elche desde el ascenso. Más atrás en el tiempo quedan otras historias: aquel 4-1 en la temporada del descenso herculano y ascenso franjiverde, aquel 1-0 en la jornada de la huelga de futbolistas profesionales, los duelos en la época dorada herculana,etc. Una semana de nervios a la espera del partido, los instantes previos, el encuentro y el post-match, el que le da la vida a esta semana más allá del resultado. El sueño herculano es obvio: vencer tras no lograrlo hace mucho tiempo y, si es posible, borrar de la memoria el episodio de la temporada pasada.
Apunte Si la situación en el Valencia es tremenda, la del Levante es atroz. Aparte de ir colistas, muchos de sus jugadores han apostado por marchar del equipo pero también están los que han sido separados por cuestiones técnicas y de falta de motivación. Si a eso le unimos los problemas económicos que impiden contratar jugadores podemos ver uan segunda vuelta para el olvido. Sin esperanzas, nada hay que hacer.