Sin duda, ha llegado el momento de dar el paso. Esta tarde, a las seis, el Hércules y el Málaga saltarán al terreno de juego con la intención de sumar tres puntos claves antes de llegar al descanso navideño tras el encuentro ante la Universidad de Las Palmas. Un duelo contra un rival que, hace una década, era “hermano”(ambos clubes controlados por Antonio Asensio) pero es un equipo que se salió de la esfera de Asensio para caer en la de los Sanz-Lorenzo y Fernando- mientras que el Hércules hizo lo mismo para estar bajo la influencia del constructor Enrique Ortiz. El CD Málaga se encontraba en Alicante un rival que le pudo batir en la mayoría de ocasiones; la única derrota herculana contra el Málaga llegó en la temporada 1987/88, a falta de cinco jornadas para terminar la liga, y supuso el salto del equipo andaluz-que contaba por aquellos tiempos con Juanito, el ex jugador del Real Madrid- camino del ascenso a Primera mientras el Hércules se arrimaba al abismo…en el que al final cayó. Si la historia herculana, desde entonces, es conocida, la del C.D.Málaga fue el último salto: dos años en la élite terminaron con una promoción ante el RCD Espanyol que cayó de lado catalán; en segunda división, el CD Málaga no conseguía volver; conscientes del peligro que les esperaba, desde el club andaluz se procedió a escindir el Athco Malacitano, filial malaguista. En 1992, el descenso del CD Málaga a 2ªB supuso el fin del club de la Costa del Sol…pero aún quedaba el Malacitano en Tercera División en búsqueda de la escalada hacia la élite. En 1994, el Athco. Malacitano pasaba a llamarse Málaga Club de Fútbol. Como el resto de equipos, en 1996 caía en las manos de Antonio Asensio mas no fue la desidia lo que imperó en Málaga. En tres años el equipo subió a Primera donde permaneció siete años en la división de honor. Hace cuatro años pasó a ser el objeto merecido de investigación: el primer equipo estaba consolidado, el filial ascendía a segunda división y el juvenil de División de Honor lograba títulos…pero acabó siendo un espejismo cruel(un descenso humillante del primer equipo y dos descalabros del filial). Del cambio de siglas se percibe un cambio de tornas: el Rico Pérez ha visto como las apariciones del Málaga CF por Alicante han sido exitosas(0-3 en la 98/99 con minuto de silencio por la muerte de Francisco Peris y 0-1 en la temporada pasada en el inicio de la cruz para Redondo).
Por tanto, mañana es el día para invertir el proceso y vencer al equipo andaluz. En teoría no será fácil pero no será imposible. El Málaga CF llega a Alicante en un ritmo más propio de permanecer en Segunda otro año más que otra cosa. Me explico con un par de menciones a tener en cuenta: el equipo malacitano, que llevaba 21 puntos en los siete partidos iniciales de juego, ha sumado 11 puntos en las nueve jornadas siguientes(el Hércules ha sumado 13 en ese período de tiempo); por otro lado, el Málaga sólo ha sumado una victoria y un empate en los cinco últimos desplazamientos. Curiosamente, el inicio del bajón malacitano empezaba a 20 kilómetros de aquí: en Elche jugaron un encuentro carente de ambición y superado con justicia por el equipo franjiverde. Lleva tres semanas sin ganar y hubieran sido más si en aquel encuentro ante el Racing de Ferrol no hubiera recibido semejantes ayudas arbitrales. El cuadro que os suelo comentar revela que es un equipo que, a domicilio, pierde en cuando recibe primero el golpe rival. Si bien, no es algo definitivo si ayuda a convencernos de que es un encuentro menos complicado de lo que veíamos. El Málaga se encontrará con un equipo que, jugando en casa, quiere borrar la imagen dada en tierras almerienses; al interés por mostrar una buena imagen se encuentra la motivación por vencer a un equipo al que se le puede dar un toque de atención y ofrecer, de nuevo, una candidatura a lograr algo importante. Esta tarde se verá si se logra dar el paso cualitativo: una victoria y, si es posible, con buen juego.
Apunte Sin duda, el ambiente en Valencia está caldeado. El cambio de entrenador, aparte de no dar resultados, está creando una situación en el que los partidarios de Quique se están fortaleciendo con los resultados para recordar que el equipo estaba más arriba y ha empezado la cuesta abajo. El cese además ha dirigido las miradas de la afición hacia el presidente, en vez de a los jugadores como deseaba el máximo accionista ché. Es lo que tiene tomar decisiones disparatadas a horas inapropiadas.