Desde hace un par o tres de meses se anuncia en televisión un spot llamado "Joga bonito"- juega bonito en portugués- en el que Eric Cantona, uno de los primeros jugadores mediáticos antes de Beckham y "enfant terrible", apuesta por el juego preciosista y espectacular de los jugadores y contraponiéndolo con la pillería, teatralidad y malos modos en el fútbol. Es una propuesta curiosa de quien hizo mil y una tropelías sobre el terreno de juego pero, también, de un jugador que mostró su arte en otros tantos momentos. Su imagen actual es más cercana a las primeras imágenes que a la de ese jugador que todos recordamos. Su idea del fútbol es compartida por todo el mundo- una cosa es elogiar el fútbol de los Ronaldinho, Deco, Zidane y otra cosa es que la fe ciega en unos colores haga no valorarlos en su justa medida- pero, por desgracia, ese es un fútbol en estado de extinción en muchos estadios de esta Europa donde el resultado coge más relevancia que por otros lares, por ejemplo, Sudamérica. Por ejemplo, mientras de Brasil llegan jugadores de juego brillante, desde Italia, cuna del catenaccio, te llegan jugadores con un perfil definido, mayoritariamente, buenos defensas. Si Cantona hubiese aparecido por Alicante el domingo pasado lo habría pasado mal, habría visto lo que es "Jogo prático", un compendio de hechos puntuales que hubiera dejado pálido a cualquiera de los grandes del fútbol.
Desde el primer minuto del partido ante el Polideportivo Ejido se vio un encuentro trabado, con jugadores visitantes que tenían una facilidad pasmosa de caerse a la vez que daban un grito de dolor fingido buscando la complicidad del colegiado y que éste mostrase la tarjeta amarilla o roja al jugador herculano que provocó la falta, pérdidas de tiempo en varios lances del partido que indignaban a la afición con las típicas triquiñuelas: retrasar unos segundos una falta o un saque de esquina o un saque de puerta o, lo más descarado, una sustitución en el que el jugador que es cambiado se va lo más lejos posible y, desde ese sitio, ir caminando de forma desesperante y pararse a pocos centímetros del jugador para abrazarlo de forma efusiva y deseándole buena suerte. No solamente en el caso del Ejido, también el Hércules tuvo alguna intención de jugar de forma "práctica": entre jugadores que tuvieron que ser atendidos y, al salir del campo, pedían su entrada y otros temas similares se seguía perdiendo el tiempo. Con todo, la jugada paradigma de este "jogo prático" fue tres "córners" consecutivos en un plazo de dos minutos, aproximadamente, en que se mezcló una jugada estratégica y aquellas acciones de ir a la esquina con el fin de perder tiempo: era el 1-0 salvador que alejaba al Hércules ocho puntos del 19º puesto y faltaban apenas cinco o seis minutos, contando con el descuento; entre Sisi y Moisés repitieron la jugada mientras que los jugadores del Ejido se desesperaban y, por efecto del rebote, el balón acababa otra vez en saque de esquina. Fue una acción suicida: de haber empatado el Ejido más de uno estaría "rajando" de esta jugada, mas el equipo ganó y ese tema quedó como una anécdota que, esperemos, no se repita . Será cuestión de lograr olvidar sufrimientos para que, por un día, se pueda disfrutar del "jogo bonito"
Apunte La noticia que ha salido hoy de que Rodri abre las puertas del "mercado mejicano" llega demasiado pronto. Hay mercados como el sudamericano que deben ser asumidos en un momento mejor que el actual. ¿Cuándo? Cuando se alcance una estabilidad en Primera que permita apostar por esos jugadores y que vayan adecuándose al fútbol europeo. Son pocos los jugadores que logran hacer una temporada maravillosa en su primer año en el continente europeo y, por tanto, lo que se espera es que sea discreta. Entre el tema de que en Alicante no hay paciencia y que no se puede aspirar económicamente a los mejores, hace pensar que lo mejor es esperar y seguir viendo jugadores.