sábado, julio 14, 2018

Vuelta a lo moderno

Hace veintitrés años, el fútbol nacional acogía lo que ya se iba haciendo unos años antes antes en las competiciones de selecciones: los dorsales personificados. Mirando las fotos de antaño, ya se veían los nombres en el Europeo de 1992 disputado en Suecia y se perfilaron en el Mundial disputado en Estados Unidos en 1994.  En la temporada 1995/96, tanto la primera como la segunda división asumían esta novedad que, quizás, aportaba un poco de ego al futbolista al tener una camiseta propia. Era, además, el inicio de un merchandising más intenso. Es más, comprueben como fue, a partir de inicios de los noventa cuando se empezaron a aportar detalles en las sucesivas camisetas para vender más. El fichaje de una estrella implicaba, casi, una serie de ingresos a partir de la venta de su camiseta desde los primeros días. Lo estamos viendo a lo grande con el fichaje de Cristiano Ronaldo por la Juventus y la confirmación(quizás excesiva) de la obtención de 52 millones de euros por la venta de camiseta del astro luso. A mediados de la última década comenzó una aceleración en el fútbol de élite que vino, además, acompañado de los derechos televisivos al alza, el inicio de ese Pay per View que comenzaba en la temporada 1996/97 y que, veintiún años después, nos deja sin Champions en abierto. Toda una serie de avances que, en cierto sentido, comenzaron a vislumbrar otro tipo de fútbol.

Pero no nos perdamos, porque estamos tratando de esos dorsales personalizados que aportaron mayor significación a determinados números: el "4", el "7", el "8", el "9" y, sobre todo, el "10". Incluso hubo jugadores como Iván Zamorano que quiso jugar con el 18 y un signo de + entre ambos números tras perder el 9 a favor de Ronaldo Nazario da Lima. Esos dorsales dotaron de más renombre pero también ha habido otros dorsales que ganaron importancia con el paso de los años, sería costoso enunciarlos.

Para el Hércules CF, los primeros dorsales nos vienen, igualmente, de 1995. Así, nos acordamos del "19" de Manolo Alfaro, el "14" de Rodríguez, el "17" de Jankovic o el "20" de Paquito, por ejemplo. El paso por segunda B ,tanto en la segunda etapa(1999-2005) como esta tercera etapa(2014-2019), nos ha privado de seguir contando de estos dorsales en general-quizás, la temporada 2003/04 sí que tuvo dorsales personificados-  pero esta temporada 2018/19 sí parece devolver a la segunda B a una situación que mantuvo entre 2008/09 y 2012/13. A punto estuvo ya esta temporada pasada de contar con los dorsales fijos, pero la que se lío el verano pasado impidió que se llevara a cabo.

Dentro de poco saldrá la noticia en el que se establezca los dorsales que tendrán los jugadores de esta temporada. A bote pronto, lo posible es que el "7" se lo lleve Chechu, el "10" lo puede llevar Juli, el "5" Samuel y, lo que tenemos claro, es que el "16" no lo llevará Paco Peña. Ya se verá, pero aporta algo de sentido común esa definición de dorsales y números porque, además, permite un ahorro en el tema de las tallas de los jugadores. 

Es cierto que tenía cierto regusto a fútbol antiguo lo del 1 al 11, pero los dorsales personificados tienen más sentido para todos: jugadores, aficionados, periodistas, club.

Apunte. Llama la atención el giro descomunal de deseos sobre el "Balón de oro" de 2018 desde Madrid. Hasta mayo-junio, había un deseo descomunal para que fuera Cristiano; cuando va camino de Turín, la apuesta apunta al croata Luka Modric. Yo creo que, con todo, lo tiene casi hecho el luso y mucho tiene que jugar el centrocampista para tener alguna "chance".