viernes, marzo 16, 2018

Cuestión de coco

Hace poco, en una revista de fútbol llamada Panenka, salía una entrevista con André Gomes cuyo interés era mostrarnos el interior de futbolista de élite, habitualmente recriminado por medios de comunicación y afición(a veces, es dificil percibir quién empieza). Una entrevista que, en cierto sentido, ratifica lo que muchos decimos: que los futbolistas no son "robots", que hay circunstancias, motivos para que un jugador no pueda rendir como en otros sitios...y, ojo, viceversa: jugadores sin apenas rendimiento y llegan a un sitio y "explotan" porque se encuentran en un entorno que les ayuda a triunfar.


Aunque alguno quiere pensar que André Gomes se pone vendas, se ensimisma en un autocrítica, es así. Hay futbolistas que funcionan con diferentes patrones y es el entrenador el que debe encontrar la tecla para que rindan mejor. No funciona la misma técnica: a algunos, un toque de atención; a otros, un mimo ¿por qué no?. Cada persona es un mundo y cuando te encuentras con un jugador con baja autoestima, producto de una autocrítica de su rendimiento. Tampoco ayuda que el entorno critique con afán, tildando a tal jugador de "moral quebradiza". 



Desconozco si alguno de los futbolistas de la actual plantilla blanquiazul se encuentran en la situación del centrocampista luso, pero veo a dos posibles: Pepelu y Carlos Fernández. Del centrocampista sabemos que era una joven promesa en el At. Levante e internacional Sub-17 y Sub-19, pero que no ha dado de sí aquí; del delantero sabemos que sus 12 goles por temporada se han dado en Villanueva de la Serena(en dos etapas diferentes) pero que, cuando no llega el gol, no atina con las ocasiones.  Pepelu comenzó bien, incluso con buena visión pero se ha ido disipando y juega como sin confianza. En el caso del delantero, aquel partido ante el Lorca Deportiva en Copa del Rey debía de haber hecho sonar la alarma y buscar una solución, porque esos fallos minan la moral de un delantero necesitado de marcar goles. 

Hay una película llamada "Eddie" que me encanta porque, detrás de una comedia, subyacía un tema llamativo de gestión de vestuario, como los resultados empiezan a mejorar cuando intenta Whoopie Goldberg tratar a sus jugadores con sus problemas y ellos le acaban respondiendo en la pista. Sí, puede "cantar" un poco pero sí creo que un entrenador es capaz de cambiar dinámicas individuales para transformarlas en colectivas... y aquí ha faltado esto.

Apunte Lo que sí empieza a preocupar es el tema creciente de la violencias en las gradas de los estadios. Un problema que parecía haber disminuido y que hace un tiempo empezó a crecer, recordando malos tiempos.