sábado, febrero 09, 2013

Una Gala que llega al corazón


De forma unánime se pudo ver la satisfacción en los ojos de los asistentes al centro cultural de  Las Cigarreras. Era un homenaje a la plantilla de la temporada 1992/93-la que ascendía a 2ª en Las Palmas de Gran Canaria- pero, sobre todo, una fiesta del herculanismo, de personas que sienten este club, que sueñan con “otro Hércules es posible”. Con el aforo lleno, hubo momentos para las risas(monólogo de Ezequiel Campos, Zeta), para la música(las voces de Marina, Marvin Labara y Blex), para recordar a los herculanos que nos dejaron(que, casi se puede considerar “legión”, por desgracia), para que otros jugadores del pasado pudieran recibir el aprecio y el cariño de aficionados que, digamos claramente, no habíamos nacido cuando ellos jugaban sobre el césped del Campo de La Viña o durante los años dorados del estadio José Rico Pérez. Se premió a Toni Cabot con el I Premio Vicente Crespo, en honor al gran periodista deportivo que falleció en 2005. Y, como “plato principal”, los aplausos a jugadores de una plantilla que hizo disfrutar con sus goles y su entrega. Todo presentado, casi liderado por la inmensa capacidad de conducir este tipo de galas, por Teddy García. Gran acierto el suyo al recordar a Luis Verde, miembro de aquella plantilla, fallecido en 2004. El jugador llegó tras la lesión de triada  de Luismi y suplió,  a la perfección, al interior zamorano. Otras personas que recibieron premios  fueron Perfecto Palacio, Juanra(se le entregó el trofeo durante esta semana) y Perfecto Arjones, del que, personalmente, creo que sería bonito que el diario Información se plantease la edición de un libro con sus fotos, que tendría muy buena acogida entre la masa blanquiazul. Mención tuvo también Herculanos Sin Fronteras, una mítica peña de la década pasada que siguen en la brecha desde la Tribuna Alta.

El herculanismo disfrutó durante cuatro horas de un sentimiento limpio. Que no hubiera representación oficial del club(les habría venido bien una lección de historia y sentir blanquiazul) hizo que la gente se olvidara, durante ese tiempo, de otras historias amargas y se entregase con los aplausos de principio a fin. Si hace dos años se les echó de menos y se criticara duramente su ausencia, ayer nadie los tuvo en mente. Sólo había diversión, abrazos, la emoción de tener cerca de jugadores que lograban una sonrisa durante toda la semana y unas “Fogueres” de 1993 inolvidables- incluso más que los otros tres ascensos posteriores- y el resurgir de esa Herculesmanía que duró unos pocos años más.

A partir de hoy, seguro, Felix Recuenco y Miguel Gonzálvez estarán preparando la siguiente gala para que el herculanismo siga vivo. Ojalá el club ya haya dado el giro de 180º necesario y aparezcan para entender qué significa ser herculano.