Cuando De Burgos Bengoetxea pitó el final del partido,
cierta sensación de ilusión se juntó con la preocupación. Era un punto positivo
tal como se había desarrollado el juego pero la preocupación llegaba por el
hecho de ver que se ha estrechado, dos puntos más, el margen de error. Una cosa
es cierta. De haberse jugado hace tres meses este partido, habríamos perdido
con total seguridad, vista dicha inercia que llevábamos. Tres a cero en el descanso
y a pensar en otro partido. Ayer, el resultado es de esos que no sirven: al
Hércules, aunque el punto sea bueno, ve que está en el ecuador de la puntuación
de salvación, cuando ya se ha superado el de competición(de 51 puntos en juego,
tiene que sumar, mínimo, 26); por otra parte, el Girona C.F. perdía también
otros dos puntos en juego y se complica el ascenso directo. Los catalanes, para
colmo, desaprovecharon ocasiones claras, por no hablar del penalty parado por
Falcón, para haber mostrado la superioridad en 85 de los 93 minutos jugados
ayer. Ocho minutos que fueron suficientes para que Edu Bedia, a pase de
Paglialunga, marcase el gol del empate. Entre el santanderino y el gaditano
forjaron el punto que sus compañeros pudieron mantener a duras penas.
Muy mal comenzaba el partido con el gol de Benja, de
cabeza, en una falta lateral ejecutada por Felipe Sanchón. El 1-0, a los tres minutos de
juego, no mostraba nada bueno. Y así
fue. La primera parte fue de claro y absoluto dominio local que sólo se pudo ir
al descanso disgustado por la mala puntería mostrada una y otra vez. El once
blanquiazul se vio sometido, sitiado en su área, y no logró trenzar ninguna
jugada en condiciones para ser ejecutada ante la meta de Dani Mallo. Tras el
paso por el descanso, Quique Hernández movió banquillo. Con la salida de Nacho
González y Adrián Sardinero se ven unos buenos minutos de juego herculano. Portillo tuvo el 1-1 pero se
acomodó mal el esférico y no aprovechó la ocasión. Bedia, poco después,
aprovechaba un pase de Paglialunga y, de espaldas a portería, de cabeza, envía
el balón a la cruceta, le llega suavemente el rechace y lo aprovecha con Mallo
en el suelo. Nacho González tuvo el 1-2. Ocho-diez minutos locos que sirvieron
para pensar en una remontada final que no se produjo. El Girona C.F. se recuperó
del shock y empezó a generar ocasiones, como en la primera parte, que seguían sin
aprovecharse. El penalty realizado por Pamarot puso en peligro el punto pero
Falcón acertó la dirección del disparo efectuado por Jandro. Siguió porfiando
el conjunto local pero veía que su desacierto seguía persiguiéndolo como en los primeros cuarenta y cinco minutos. Terminado
el encuentro, el punto voló para Alicante para hacerse bueno dentro de una
semana ante el temible Villarreal C.F., con un viejo conocido en el banquillo:
Marcelino García Toral.
Apunte: Ver al conjunto dirigido por
Esteban Vigo como colista llama la atención por partida doble: primero, porque
no gana desde el 1-5 aquí; segundo, porque el idilio entre el entrenador y la
grada desapareció hace unos meses. Un crédito por una salvación exitosa(2007/08)
y un ascenso(08/09) que ha desaparecido de forma fulminante.