domingo, febrero 17, 2013

El milagro de Noe



Había cierta preocupación ante la visita del Villarreal C.F. a Alicante. Había sumado siete puntos en los últimos tres partidos y con la mente puesta en una victoria que les acercase a cuatro puntos del ascenso directo. Ya escuchaba a mi alrededor que se daba por bueno el empate nada más empezar el partido. La avalancha de juego “groguet” apuntaba a un 0-1 que tenía que caer tarde o temprano. No eran ocasiones claras pero sí un dominio persistente, un rondar constante por la meta de Falcón. Incluso, en un par de ocasiones, la zaga estuvo en un tris de “colaborar” en el peligro visitante, como un despeje de Juanra que lamió el poste defendido por Falcón. Se jugaba con fuego, no había conexión entre la defensa y el centro del campo. Pero llegó la jugada del penalty: Musacchio derribaba a Sardinero. El guión del partido de hace dos semanas, ese 3-0 al A.D.Alcorcón, parecía repetirse. Sin embargo, Portillo erraba el penalty de la forma más triste. Se suele decir que tirar un penalty “a lo Panenka” deja un gol muy bonito pero un fallo se convierte en aterrador. Curiosamente, todo el esfuerzo del “9” para intentar congraciarse con la grada se iba al limbo con esta pena máxima que nadie entendía. Quizás, con 2-0 en el marcador, se puede llegar a entender que quisiera “gustarse” pero con 0-0 y lo que se está jugando el equipo era demasiada “frivolité”. Sin la intensidad del inicio, el equipo de Marcelino seguía dominando hasta que un fallo en la zaga blanquiazul deja a Farinós el esférico en la frontal para que marcase el 0-1. Se pagaba demasiado caro el penalty errado por el delantero blanquiazul. Sardinero tuvo el 1-1 pero no logró acertar a empujar el esférico al final de la primera parte.

Tras el descanso, el equipo herculano buscaba el empate pero sin acierto. No se veía solución, opción para lograr ese punto necesario para ir recortando distancia. Por parte visitante, se limitaban a controlar el partido y pasar los minutos hasta el final. Lo que no esperaban es que Noe Pamarot , a mitad de la segunda parte, cogiera el esférico a treinta metros y disparase, como se escuchaba por la grada, “con el alma”. Un disparo seco pero contundente que cogió por sorpresa a compañeros, rivales y grada. Por un momento, se llegó a soñar con la victoria. El once dirigido por Marcelino se fue hacia arriba, tras el shock por la lesión-esperemos que fuese por precaución- del propio Pamarot, y pudo haber logrado el 1-2 pero también pudo cambiarse el marcador en beneficio de los blanquiazules tras dos disparos de Portillo en los que Juan Carlos logró evitar el gol local. Con el pitido final de un controvertido Piñeiro Crespo, que desquició a más de uno con sus decisiones, el Hércules C.F. lograba sumar el punto nº 25 y con la permanencia a cuatro puntos.

En sí, lo curioso del encuentro es que el dominio fue visitante en las dos partes(en la segunda fue menos atosigante), tuvo sus ocasiones para lograr la victoria del equipo castellonense pero los de Quique Hernández tuvieron la ocasión más clara(el penalty de Portillo) y donde Juan Carlos, al igual que Falcón, también logró evitar la derrota para los suyos. En definitiva, empate justo y un rival difícil menos. Ya queda menos para el tramo final, ese  donde se juntarán esos partidos de “cuatro puntos”: Dep. Guadalajara, S.D. Ponferradina, Xerez Deportivo, Sporting de Gijón, S.D. Huesca, Recreativo de Huelva, Mirandés, Real Murcia o Racing de Santander.

Apunte. Desastre deportivo-colistas con 16 puntos en 24 partidos- e institucional en la ciudad de A Coruña. Su equipo, otrora “Superdepor”, está en una debacle de las que harán más daño, incluso, que el descenso de 2011. Los administradores judiciales quieren apartar a Augusto César Lendoiro de la dirección económica pues desconfían de las cuentas.

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