Cuando en agosto se jugó en este partido, el resultado no sólo fue 1-3, es que los goles fueron en la misma línea que ayer: 1-0, empate y 1-2 y 1-3. La única diferencia fue es que los goleadores cambiaron por la mayor calidad de los que disputaron el partido de ayer al respecto del de agosto. La derrota, por desgracia, es justa por una capacidad de definición que le faltó al Hércules pero que es lógico entre dos presupuestos que está uno en la antípoda del otro. Si a eso le unimos que al equipo de Esteban Vigo le pesó la mala suerte de ver una segunda parte en la que Thomert se tenía que retirar demasiado temprano para que Sendoa tuviera que ocupar su puesto, que Trézéguet estaba agotado porque desarrolla una labor considerable de presión a los defensas y que Valdez se retiraba lesionado por un esguince que, recemos, no sea grave porque, sin los dos delanteros que han sumado los nueve goles del equipo, al equipo le cuesta infinidad marcar goles. Si bien el partido del Real Madrid no es una referencia, en el día de Copa ante el Málaga se crearon ocasiones pero les falta romper ese mal fario de diez partidos oficiales. Aunque la derrota, como he dicho, puede ser justa, ello no quiere decir que el fútbol madridista enamore precisamente:una serie de jugadores con una calidad inmensa a los que le salen las ocasiones sin tener que jugar bien.
Y eso que el partido comenzó estupendamente bien para un equipo poco acostumbrado a marcar pronto en los partidos, más bien al contrario. A los tres minutos, el marcador reflejaba un 1-0 que alentaba romper, de una vez por todas, con esa fatídica estadística de enfrentamientos con el Real Madrid en Alicante. El Real Madrid buscó denonadamente el empate con jugadores trenzadas, llegando con considerable peligro, destacando la doble parada de Calatayud a mediados de la primera parte ante los remates de Higuaín. El conjunto blanquiazul lo intentó pero con poco éxito, salvo en un par de lances en los que estuvo cerca el 2-0 como fue el remate de Trézéguet que paró Casillas, pero el Hércules, dentro de lo que cabe, estaba tuteando bastante bien a los madridistas. La segunda parte ya comenzó mal: la lesión de Thomert obligaba a sacar a Sendoa casi iniciando este período de 45 minutos. El equipo quizás jugaba demasiado retrasado para buscar el contraataque y se vio dificultado en sus salidas que se perdían en el centro del campo. Llegó el empate tras un disparo impresionante de Cristiano Ronaldo que Calatayud rechazó con la mala suerte de que el esférico llegó a Di María para ejecutar el gol del empate y el inicio de un partido nuevo. El Hércules apostaba por aguantar todo lo que pudiera el empate, conscientes de que no había la frescura de la primera parte, así, un veterano Rufete salía por un agotado Trézéguet aplaudido por la inmensa labor ya iniciada con ese gol de cabeza a los dos minutos y su ocasión para el 2-0. Iba la empresa bien, incluso parecía desperezarse el Hércules y comenzar a salir al ataque aunque fuera mínimamente cuando llegó la lesión de Valdez con un esguince. Con el paraguayo saliendo del terreno de juego llegó el 1-2 y Mourinho, que pareció antes ambicioso quitanto a Pepe por Benzema, volvió a ser el de siempre cuando puso a Arbeloa y Albiol por Özil e Higuain. El 1-3 ya fue un castigo exagerado que tuvo, además, el circo de un entrenador que se excedió en la celebración. Lo único positivo de ésto es que, a partir de ahora, se tiene un calendario más normal para las pretensiones del Hércules y donde debe sumar la renta para la segunda vuelta....y convertir el Rico Pérez en un fortín.
Apunte:
Y eso que el partido comenzó estupendamente bien para un equipo poco acostumbrado a marcar pronto en los partidos, más bien al contrario. A los tres minutos, el marcador reflejaba un 1-0 que alentaba romper, de una vez por todas, con esa fatídica estadística de enfrentamientos con el Real Madrid en Alicante. El Real Madrid buscó denonadamente el empate con jugadores trenzadas, llegando con considerable peligro, destacando la doble parada de Calatayud a mediados de la primera parte ante los remates de Higuaín. El conjunto blanquiazul lo intentó pero con poco éxito, salvo en un par de lances en los que estuvo cerca el 2-0 como fue el remate de Trézéguet que paró Casillas, pero el Hércules, dentro de lo que cabe, estaba tuteando bastante bien a los madridistas. La segunda parte ya comenzó mal: la lesión de Thomert obligaba a sacar a Sendoa casi iniciando este período de 45 minutos. El equipo quizás jugaba demasiado retrasado para buscar el contraataque y se vio dificultado en sus salidas que se perdían en el centro del campo. Llegó el empate tras un disparo impresionante de Cristiano Ronaldo que Calatayud rechazó con la mala suerte de que el esférico llegó a Di María para ejecutar el gol del empate y el inicio de un partido nuevo. El Hércules apostaba por aguantar todo lo que pudiera el empate, conscientes de que no había la frescura de la primera parte, así, un veterano Rufete salía por un agotado Trézéguet aplaudido por la inmensa labor ya iniciada con ese gol de cabeza a los dos minutos y su ocasión para el 2-0. Iba la empresa bien, incluso parecía desperezarse el Hércules y comenzar a salir al ataque aunque fuera mínimamente cuando llegó la lesión de Valdez con un esguince. Con el paraguayo saliendo del terreno de juego llegó el 1-2 y Mourinho, que pareció antes ambicioso quitanto a Pepe por Benzema, volvió a ser el de siempre cuando puso a Arbeloa y Albiol por Özil e Higuain. El 1-3 ya fue un castigo exagerado que tuvo, además, el circo de un entrenador que se excedió en la celebración. Lo único positivo de ésto es que, a partir de ahora, se tiene un calendario más normal para las pretensiones del Hércules y donde debe sumar la renta para la segunda vuelta....y convertir el Rico Pérez en un fortín.
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