Así reza el inicio de una estrofa del himno herculano. Ya saben la continuación: "le animamos día tras día". Desde el Consejo de Administración se va a realizar un esfuerzo para que ese jugador número doce sea resolutivo en un partido donde la victoria casi es una exigencia ante los tres deslices que han llevado a ver como el Real Betis Balompié aparece por el retrovisor demasiado cerca(4 puntos), a la par del FC Cartagena. Con las vistas también puestas en ese duelo en Anoeta dentro de una semana, el partido ante el Nàstic de Tarragona tiene muchos ingredientes para que la afición se decante por ir al estadio y animar con todas las fuerzas: un rival que llega con el recuerdo de la temporada pasada(2-2), con dos ex jugadores herculanos(Morán y Rubén Navarro) pero con dos derrotas considerables en las últimas jornadas, donde no se ha notado la mano del nuevo entrenador. Parece un encuentro entre dos equipos venidos a menos pero, donde nuestra situación pide, por un momento, dejar las críticas en casa y animar porque, como llevo comentando, quien gana y quien pierde es la afición: tanto si los jugadores se van como se quedan, nosotros somos lo que podemos vivir la primera o volver a sufrir otro año en 2ª.¿Queremos vivir otro año del 4º no sube?. Por mi parte, la respuesta es sencilla: si somos ese jugador número 12 debemos mostrarnos como ese revulsivo, ese Kiko Femenía eléctrico que revoluciona el partido, eso sí, desde el primer minuto.
Durante años he asistido a un debate: ¿debe animar la grada o los jugadores con su juego? Ante todo, veo en los alicantinos una actitud extraña: no son de insulto fácil o de encresparse continuamente; sin embargo, recurren a veces a una horrible indiferencia que logra ambientes muy cargados...sin que hayan pitos, insultos y cabreo.Todo un silencio-no sólo es el fútbol, incluso en otros acontecimientos de la ciudad como una corrida de toros o un tenor que no recibe ni un sólo aplauso- cargado de herido desinterés. Luego, de repente, se muestra la cara bondadosa de aplaudir cualquier jugada sin efecto alguno más que revolucionar a la gente. Es en ese momento cuando vence la idea de que "los jugadores deben de animar" y que se basa en que se aplaude cualquier intento de llegar a la meta rival, cualquier "caño" aunque se vaya por la línea de fondo...pero donde es el jugador quien debe dar el primer paso. Aunque entiendo a este grupo de gente, sí soy más partidario de que es la grada la que debe dar el primer paso.¿Se consigue algo con eso? No se puede asegurar pero sí que creo que el mal ambiente, ese "¡Echales huevos!" , algún pitido no hace nada positivo. Podría decir que, en su día, creía que los jugadores debía apoyar con su juego pero, otras circunstancias, me dieron otra imagen bien diferente: esa fuerza del sentimiento, ese ánimo a pesar del juego propio acabó logrando unos resultados que me dieron argumentos para pensar que sólo así se logran éxitos a medio y largo plazo. Además, este apoyo, en caso de subir a primera,debe ser el prólogo de lo que debe ser el próximo año donde debemos ser ese plus de cara a mantener la categoría.
Apunte En sí no son proféticas palabras pero el vaticinio de que Pino Zamorano la iba a liar en San Sebastián comenzó con el penalty señalado a favor del Levante UD. Sabía que, tarde o temprano, la iba a armar expulsando a un jugador "granota". A pesar de todo, a la Real Sociedad le costó jugar contra diez hasta el punto que el 2-1 llegó en el minuto 90. Sí, a nosotros no se nos dio bien contra nueve pero es un ejemplo de que las inferioridades numéricas sólo son ventajosas cuando el marcador ya está decantado previamente a nuestro favor.