Ya se barruntaba algo raro cuando TVE decidió llamar a la gala de elección de representante a Eurovisión “Salvemos Eurovisión”, algo más propio de causas como las ballenas, y que no deja de ser extraño, tratándose de un concurso que, lejos de celebrar su cumpleaños, cada edición celebra su obituario, con lo cual la causa llega tarde.
Los peores augurios (con todos mis respetos) se confirmaron con la victoria de un tal Chikilicuatre , un espárrago con gafas, tupé postizo, y una guitarra de juguete que canta igual de bien que yo, aunque vista la pasarela de frikis en que se ha convertido Eurovisión (hace unos años ganaron unos tipos vestidos de los trolls de El Señor de los Anillos), quién me dice a mí que no tenga sus opciones, por mucho que me siga dando vergüenza ajena... igual hasta el año que viene me presento yo, vestida de Gallina Caponata, cacareando el himno del Hércules versión megamix...como ya no hace falta saber cantar....
No sé porqué , en un fin de semana tan pre- eurovisivo, viendo el partido del Hércules me acordé de la barca a la deriva de Remedios Amaya, y del savoir faire de José Luis Uribarri, aunque acabara el equipo con un puntito más que ésta, en justo castigo por la falta de puntería, y quizás también de ambición del Sporting, que por méritos propios. Del comentarista del Plus, sólo diré que me chirriaban los oídos cada vez que, al pobre Diego Jaume, le remarcaba la “jota” de su segundo nombre. Respecto al partido con el Sportig, lo cierto es que el Hércules mostró una vez más sus carencias en la distribución del juego... “ay ¿quién maneja mi barca quiieeeen?.. que a la deriva me lleva ¿quiieeeennn? ,
El próximo domingo frente al Alavés, y en honor a aquellos maravillosos años de concurso para toda la familia, ya extinguidos, me gustaría escuchar eso de “tua pua”, no para “guayomini”, como manda la tradición, sino para el Hércules.