Otro empate que se suma en el casillero. Catorce “x”, de las cuales 6 han sido en esta segunda vuelta, es un ejemplo claro y evidente de la evolución de esta 2007/08. Con esta trayectoria, el miedo es obvio que exista en el entorno blanquiazul donde se ve como el “bólido” blanquiazul va perdiendo potencia con el paso de cada jornada mientras los demás no pierden ocasión de acercarse. Además, el equipo ya ha cogido las hechuras de “equipo empatador” al estilo del Salamanca o el propio Córdoba, rival de la próxima semana. ¿En qué consisten esas “hechuras”?. Consisten básicamente en un miedo irracional a no perder la ventaja que les hace perder la concentración cuando se va ganando(en el caso del conjunto cordobés, tirar por la borda varios partidos ganando 2-0) y en una confianza ciega en remontar(sólo hay que recordar el 0-2 del Salamanca en la primera parte, el 1-0 del Sporting o el 0-1 del Alavés). El equipo se ha colgado además ese sambenito que es difícil de evitar. Por el momento, esa facilidad de remontar impide entrar en una espiral que empezaría a ser muy grave cuando dicha capacidad desapareciera y el equipo conviviera con la derrota.
Del encuentro de ayer, poco que escribir. El equipo comenzó el encuentro con el control del juego perdido desde el principio. El Racing de Ferrol atacaba la portería de Unai Alba en pos de una victoria fundamental para ellos y a fe que pudieron marcar en la primera parte. Gracias al portero herculano y, en otra ocasión a Diego Jaume, el 0-0 fue el resultado en el descanso. En la segunda parte, la tendencia seguía siendo la misma, con un conjunto local necesitado de ganar. Sin embargo, llegó el 0-1 marcado por Sergio Fernández. La victoria estaba siendo un premio excesivo para méritos de unos y otros pero, como ya he indicado antes, este equipo de tipo empatador tuvo ese miedo a no querer que se escapara la victoria y reculó. El 1-1 a falta de escasos 20 segundos del final fue el justo premio para ambos. Un equipo que mereció empatar y el otro, el herculano, al que el punto es lo mejor que le pudo ocurrir ante la avalancha ofensiva del conjunto local. Con este cuarto empate consecutivo se van alejando esas previsiones, incluso, para terminar tranquilamente la temporada.
Apunte Blas Pérez ha marcado su segundo gol en los Tigres de Monterrey. Un gol interesante de fuerte chut dentro del área pequeña que entró en la portería de forma fulminante. De haber vestido la camiseta blanquiazul, ese balón hubiera salido alto, por encima del travesaño. El panameño tampoco tuvo suerte en este equipo