Suele ser habitual enfrentar ambos conceptos, comparar sueños con hechos objetivos actuales que sirven para valorar si tales sueños son factibles o no. Son dos términos que deberían ir a la par pero que mucha gente no desea emparejar; si son soñadores, la realidad es un poderoso “enemigo” de sus deseos; por el contrario, el realista limita sus deseos en función de unos datos que, en cierto sentido, minan ese hecho natural de poder soñar. Entre ambos extremos se suele encontrar las personas; en un extremo están los fanáticos que se creen todo lo bueno y ningunean los hechos que contradigan todo lo que ellos quieren; en el extremo opuesto nos encontramos con personas que esgrimen datos para dejar claro que los sueños, sueños son pero alejados de la realidad. Los aficionados al fútbol, en especial a un equipo( o varios, claro), suelen ser personas que necesitan de ambos aspectos para ir creciendo con la temporada.
Cada temporada es igual. Al inicio de la pretemporada, los sueños son superiores a la realidad porque mal se iría si fuera al revés. Incluso, los resultados de pretemporada son tan complejos que no se sabe si es bueno ganar los partidos o si perderlos es tan grave como lo parece- en aquel 95/96 se juntó un Hércules muy discreto mientras el Deportivo de la Coruña lo ganaba todo de tal manera que, al iniciar la temporada y fallar, se le comenzó a llamar “el chiringuito”(por funcionar sólo en verano) mientras el Hércules subía a Primera-. El momento inicial de ilusión es la presentación de los jugadores: unos ilusionan por su pasado, de otros se sueña que sea en su equipo donde recupere los tiempos perdidos. Con el devenir de la temporada se ve si hay motivos para soñar o no. Hay años en que los sueños se desvanecen al poco de empezar, en otros duran hasta el final, incluso superando a la mismísima realidad. En el caso de este Hércules 2007/08 hay motivos para soñar pues es la mejor plantilla de las tres últimas ediciones. Es bonito soñar, entonces, con el ascenso a Primera; ello no es óbice para ser conscientes(y creo que en Alicante se siente así) de que no es fácil, que hay equipos que están, por el momento, por encima por cuestiones numéricas(Málaga, 6 victorias de 6) o institucionales(esa sensación de que la Real Sociedad ocupara plaza de ascenso por ser quién es). El tiempo dirá con el paso de las jornadas si el sueño tiene fundamentos para existir. En el último tercio, los sueños pueden ser raquíticos o esplendorosos pero la realidad coge una forma de calculadora que causa respeto. Al final, los sueños acaban siendo ligados a porcentajes, concepto cruel relacionado con la realidad. Lo positivo de toda esta historia es que, cuando el sueño puede sobrepasar a la realidad, el resultado es inolvidable: así se subió en el 93 cuando el nombre de Salamanca y Las Palmas asustaban pero el sueño de ascender fue superior y se logró; igualmente en el último ascenso, el del 2005, cuando en enero ni se podía soñar en ascender y se logró. El fútbol es sueño, la realidad se encargará(o no) de confirmarlo o de convertirlo en pesadilla.
Apunte Canal 9 sigue con su estela de poca profesionalidad. Ya no es cuestión de que le hayan rebajado el tiempo de programa, lo ilógico es su forma de ocupar la duración hasta el punto de despachar la segunda división en apenas diez minutos y con la maravillosa excusa de la batalla mediática para no poner imágenes del Salamanca-Hércules. ¿Por qué se tiene la habitual sospecha de que eso nunca ocurriría con el Valencia?