Sólo una semana falta para que se inicie la temporada de la ilusión, aquella que faltó en la última jornada ante el Recreativo de Huelva cuando una victoria hubiera terminado de dignificar la temporada 2005/06. Una semana para que comience la 2ºDivisión - BBVA tras el acuerdo con la LFP durante los tres próximos años. Una idea, la del patrocinio de las competiciones, que sólo había supuesto incorporar el nombre al resto de compañías como Toyota o Vodafone pero que da una vuelta de tuerca: el patrocinio exclusivo de una competición como es la Segunda División. Esta noticia se une a otras como el cambio del nombre de El Sadar por Reyno de Navarra, el frustrado intento de cambiar el nombre del Martínez Valero por el de una empresa, Stevenson, que proporcionaba un importe de medio millón de euros que la directiva franjiverde no aceptó: no era un nombre cualquiera sino el de un presidente de la entidad, nombre aceptado por Asamblea de socios antes de la existencia de las malditas SAD, punto negro de la evolución del deporte rey en lo que se refiere a audiencias televisivas. En Inglaterra, el estadio del Arsenal llevará el nombre de Fly Emirates Stadium mientras en Mallorca Son Moix será ONO Estadi. Es un paso más en este mundo futbolístico en el que el dinero se busca por debajo de las piedras.
La pregunta sería saber cuándo fue el momento en que se dio el punto de inicio de dicha evolución. El fútbol llevaba desde sus primeros días de existencia una evolución en lo concerniente al entorno: creación de competiciones como la Liga en la 1928/29, aumento de la capacidad de los terrenos de juego o, directamente, cambio de feudo, llegada de los nuevos figuras, la aparición de la televisión que daban un plus a las viejas retransmisiones radiofónicas, evoluciones técnicas en los estadios, etc. El fútbol llevaba una vida plácida con esas retransmisiones únicas en Primera -sábado por la noche y domingos por la tarde hasta que llegó la madre de todas las batallas: la entrada de Antena 3 TV en la pugna de los derechos televisivos, esas votaciones en las que cada canal optaba por lograr influencias entre los equipos de la LFP- el Hércules bien lo pagó-; el reparto del dinero de las televisiones pasó de ser común a una subasta de la que el fútbol salió ganando: Ronaldo(Barça), Roberto Carlos(Real Madrid) o Rivaldo(Deportivo) eran el ejemplo de echar el resto para fichar a los mejores jugadores; más de un equipo empeñó ingresos televisivos de temporadas siguientes para fichar a jugadores caros. Ese fue el inicio de una carrera alocada que impone que los clubes sigan la corriente en vez de apartarse. Fútbol moderno cuyo sinónimo más apropiado es la búsqueda de los ingresos para poder cumplir la primera satisfacción del cliente: la victoria en el terreno de juego. Ingresos que van más allá de los obtenidos de los propios aficionados a través de costosos abonados y, por ende, entradas que impiden que la gente se acerque más al estadio y acabe prefiriendo quedarse en casa viendo el PPV, otra de las invenciones en este fútbol moderno que tiene su doble cara: cruel cuando el equipo juega en casa y aliado en los encuentros jugados fuera. Los ingresos logrados a través de negociación con canales de televisión son algo que se tiene en cuenta en los balances de los diferentes pero luego quedan otras opciones: la publicidad puede generar dinero fresco a partir de un uso optimizado del marcador, la ansiada tienda oficial podría ayudar a combinar los ingresos por taquillas y por adquisición de material por parte de los aficionados, ideas alternativas. Limitarse el radio de acción en lo referente a lograr más ingresos impediría alcanzar mejores logros una vez que otros equipos sí aceptan esta vía del fútbol moderno. El éxito más importante de este nuevo fútbol sigue siendo el mismo que en el pasado: fidelizar al cliente mediante un mejor trato y atraer público potencial usando técnicas correctas(las puertas abiertas y las invitaciones no es una solución sino un mal parche) como una mayor difusión publicitaria, informativa, apelar a cuestiones afectivas que invoquen el cariño a un club independientemente de sus resultados. El fútbol moderno es una corriente que no parará con lo que es conveniente asumir sus principios y, en todo caso, adaptarlos a la idiosincracia de cada afición; ir en dirección contraria sólo puede suponer dolores de cabeza y más cemento del deseado, fruto de una política incorrecta con quienes le deben dar vida en las peores épocas.
Apunte Era de esperar que Carlitos fuera la última baja hasta ahora- aparte de la cesión de Borreguero a la Ponferradina- debido a unos problemas que llevaron al cuerpo técnico a apartar al sevillano. Ya fue sorprendente que acudiera a la pretemporada en Austria cuando toda la afición clamaba por su baja, responsabilizándolo del mal ambiente de la temporada pasada. La pitada en la presentación ante el Ascoli tuvo que ser decisiva para el devenir de la historia del menudo delantero.