Salvo que una decisión fulminante corte la trayectoria de Juan Carlos Mandiá el próximo lunes, el entrenador gallego va a sentir un "perpetum" ultimátum, consistente en no saber cuándo será su último partido dirigiendo al conjunto blanquiazul. Esta figura surgió tras ver que el Hércules dirigido por Miñambres ganaba los partidos de ultimátum pero decaía en partidos posteriores hasta volver a existir otra amenaza; así ganó en el Mini Estadi ante el Barça B(0-5) cuando la soga apretaba, empataba ante el UE Lleida en el minuto 92 cuando el consejo preparaba la "guillotina" para el maragato, o ganaba 0-4 en Paterna tras tres semanas sin marcar. Tras la derrota ante el Espanyol en la segunda vuelta, el presidente Enrique Carratalá no puso un ultimátum a Miñambres sino dejó un escueto "Se hará lo que se deba de hacer"; con ello, el entrenador sabía que tenía fecha de caducidad: la primera derrota. No cayó en Mataró a pesar de perder pero sí a la jornada siguiente. Era cuestión de esperar. Tres años después, ese perpetum ultimatum vuelve a repetirse con intención de "segar" la trayectoria de Mandiá a poco que se tuerza la cosa y sólo un milagro consistente en recuperar el camino perdido hasta junio puede evitar un final tan triste para el gallego . Ahora sería difícil asegurar que llegará a junio, pero tal como van las cosas, sería muy positivo que llegara porque lo suyo va a ser una lucha contracorriente: un amplio sector de la afición no lo soporta, el otro reza porque se enderece la situación, los medios de comunicación insistiendo, día a día, en la situación del equipo, una directiva dividida entre los partidarios del cese y los de la continuidad. Si los resultados no ayudan, la "cabeza" de Mandiá caerá tarde o temprano, está escrito.
Sobre el partido de ayer, es difícil valorarlo al no haberlo visto y tener que recurrir a las opiniones de los que retransmiten el partido. Falta ver el propio partido para observar cuál es la tendencia del juego y ver si hay algo para pensar en positivo o no. Hay cosas positivas: más seguridad que me da Jimmy Schmidt- aunque tampoco es difícil superar a Sergio Sánchez-, la recuperación de Miguel, el gol de Toché merecería confianza para la semana siguiente; por contra, la decisión de cambiar de Manolo Pérez por Tortolero es inexplicable, la fallida suerte a la hora de apostar por el juego de contraataque, la desaparición en combate de Dani Borreguero, etc. De la evolución de esta semana se verá el ambiente que se viva el sábado próximo ante el R. M. Castilla. Por ahora, de jugarse mañana, se presentaría caldeadísimo; los ánimos están exaltados y, salvo que haya una reacción, nadie en el terreno de juego se liberará de la presión de la grada. El consejo tiene en su mano la balanza definitiva: por un lado, dar confianza al mister puede poner nervioso a más de uno; por otro, cesar al entrenador aseguraría un día de calma pero no es fácil encontrar alguien que lo sustituya o no se ha buscado aún con los inconvenientes consabidos. Lo que está claro, es que el sábado próximo a las ocho y media de la tarde, se verá si seguirá una semana más o será cesado. Al fin y al cabo, empezó el "perpetum" ultimatum, para bien o para mal.
Apunte Si el otro día comentábamos que era extraño el bajón tras el 3-0 al Levante, lo curioso es que el rival, el equipo granota, ha culminado su octava jornada sin perder, sumando catorce puntos, diez más que aquel equipo que le ganó en buena lid.