En una sola palabra se puede definir la última trayectoria del conjunto blanquiazul. Una situación anómala que ha generado las primeras dudas de la afición hacia el entrenador, como así se observó en las reacciones en el foro machohercules.com tras la finalización del último encuentro en Albacete. La crítica tenía un objetivo claro: la disposición táctica del equipo en los partidos- el famoso 4-1-4-1 por el que apuesta habitualmente el gallego, la elección de jugadores y la tardía decisión a la hora de realizar las sustituciones de los jugadores. También influyó varias circunstancias previas al encuentro como la marcha de Ivan Mateo a la Cultural Leonesa sin apenas disfrutar de minutos, el hecho de dejar a Sisi fuera de la convocatoria o el persistente tema de mantener a Sergio Sánchez ante el casi unánime divorcio con la afición que, asistiendo al encuentro en el Carlos Belmonte, no cesó de lanzarle improperios contra su propio jugador. Además, los resultados últimos están pesando en el ánimo a pesar de que el objetivo de permanencia sigue cumpliéndose a rajatabla.
Sin embargo, preocupa más determinados temas sobre el entrenador gallego. Mandiá ha dispuesto en este año que lleva en Alicante de un sistema que ha mantenido desde su llegada. El primer partido en el Rico Pérez ante el Castellón puso los pelos de punta en la afición que no lo veía claro. El juego evolucionó usando el mismo esquema de inicio y que acabó logrando el merecido fruto del ascenso; el argumento anexo era seguir una línea de juego que agradaba: juego de tiralíneas, apenas existían balonazos defensa - delantero, agresividad en los jugadores del centro del campo(un estilete como Sisi, un Miguel inconmensurable y un Nano decisivo en momentos importantes). Con la llegada de Moisés, la situación ha cambiado y ese sistema se desestabiliza manteniendo, especialmente en los encuentros fuera del Rico Pérez, al ex franjiverde en la punta pero obligándole a estar de espaldas a portería. Otro factor que preocupa es el de las sustituciones: cuando las cosas iban de cara, Mandiá retrasaba los cambios hasta pasados los 25-30 minutos y con cambios previsibles y mecánicos -alguna vez llegó a desesperar esta falta de recambios cuando el equipo estaba bajo de ideas o forma-; sin embargo, los resultados no han venido acompañando en las últimas semanas y las sustituciones han sido un poco alocadas en los últimos partidos, como si no encontrase la solución al problema ofensivo. En el último encuentro, el gallego jugó con Moisés como único punta mientras en la segunda parte incorporó a Toché, Carlitos además de intentar adelantar un poco más a Kike Mateo; de repente, el gallego apostó por más delanteros pero perdió el centro del campo como antaño le ocurría a Granero cuando los resultados no eran los correctos y colocaba a cuanto delantero había en la plantilla pero sin orden, fundamental de cara a lograr los éxitos debidos. Sin embargo, todo se resolvería con la ausencia en el once de Sergio Sánchez, responsable de que los centrales se muestren inseguros, los laterales no se atrevan a subir más a menudo y el equipo esté menos adelantado y, por tanto, Moisés quede alejado. Es cuestión psicológica: con Moso el juego era similar pero el equipo tenía más confianza y se veía mejor nivel del que se ve en la actualidad.
Apunte Con todo, otro jugador interesante para el equipo sería la recuperación de Nano. Circunstancialmente, Kike Mateo no rinde tanto en los desplazamientos y le iría bien tener alguien más competitivo que Patri para luchar por ese puesto de interior izquierda en el que parece acomodarse por momentos.