Cuando Sergio Sánchez no consiguió blocar el primer balón que le llegó en los primeros minutos del partido ante el Málaga B recordé un comentario radiofónico lejano en el tiempo: allá por el año 1993 España se jugaba ante Dinamarca el pase al Mundial que se jugaría en EE.UU.; en los primeros instantes, Zubizarreta fue expulsado y Cañizares debía suplir al cancerbero vasco; en la primera jugada de peligro despejó el balón de forma clara y contundente y, en ese instante, los comentaristas auguraron que la victoria era segura puesto que el portero había empezado bien y había cogido seguridad y confianza. El partido ante el filial malacitano fue un catálogo de imprecisiones del cancerbero, destacando ese saque del portero que estuvo en un tris de acabar con el gol en contra al caer el balón en las botas del delantero malagueño que no acertó a marcar. Eso sí, sería injusto negarle sus méritos, sus paradas de última hora como una especie de ir recuperando la tranquilidad perdida al principio, en ese mal blocaje inicial que le generó los primeros nervios, en ese despeje que acabó en saque de esquina al no terminar de atajar el balón y escapársele suavemente de las manos. Lo único que tuve seguro del domingo pasado es que el guardameta asturiano necesita encontrar seguridad en sus acciones como sus compañeros precisan confianza para saber, que si fallan, eso no supondrá un gol en contra ya que el portero sabrá, en la medida de lo posible, evitar el mal mayor.
La inseguridad también se vive en la grada, no es novedad lo que digo. Desde aquel partido ante el Elche en el Martínez Valero, en el que Valle parece que sepultó sus escasas posibilidades de ser titular en el Hércules, han surgido dudas que no se han podido disipar en ninguno de los partidos jugados posteriormente. No es un tema que sólo incumba a Sergio Sánchez. El prometedor Moso no es mal portero pero esos dos goles de falta lateral preocupan y recuerdan a aquel M.A. España que, en la última temporada como blanquiazul, recibió unos cuantos goles de falta desde el borde del área. La sensación que se tiene en la grada es que, tarde o temprano, durante un partido se recibirá algún gol que habrá que remontar. Si a eso le unimos el poco "punch" ofrecido arriba, la preocupación es latente. Otro factor que no es para desmerecer es el del pasado: ver a Butelle en un asiento del palco en el pasado Valencia-Betis y pensar en los efectos beneficiosos de su presencia en la portería herculana, o recordar que a Rubén, titular en los dos años anteriores, se le ha dado portazo sin darle, al menos, la opción de luchar con Moso y Sergio Sánchez por el puesto de portero titular. Por ahora, el trabajo lo tiene Juan Canales, entrenador de porteros, para animarles y convencerles de que pueden ser mejores de lo que han mostrado hasta ahora. La igualdad en esta categoría obliga a "cuidar" los puntos logrados por sus compañeros a lo largo del partido.
Apunte Empiezo a entender tanta contratación de jugadores. Durante el partido del domingo pasado pude observar que la calidad en 2ªA es ampliamente superior a la de 2ªB. Es una afirmación de perogrullo aunque otros duelos entre equipos de diferente categoría no suelen mostrar tanta desigualdad. Será cuestión física o no, pero los malacitanos llevaban alguna marcha de más.