martes, septiembre 06, 2005

Incógnita en el palco

La noticia de que Paco Roig se ha hecho con parte del accionariado ha tardado tiempo en concretarse pero se ha hecho realidad. Tras dos años de rumores, especialmente desde que se contrató a Subirats, la llegada del ex dirigente valencianista se producirá una vez que el ex director deportivo haya vuelto al Valencia, cuando dichos rumores se habían disipado absolutamente con la marcha del de Paterna. La información dada refleja que tendrá el 38% del accionariado, al mismo nivel que Ortiz y casi el doble que el actual presidente, Valentín Botella. Al igual que muchos personajes del fútbol de la última década, Paco Roig no deja a nadie indiferente. Muchos están a su favor en cuanto se ilusionan de que su llegada implique, casi directamente, la recuperación del Rico Pérez, la ciudad deportiva y la eliminación de esa losa llamada deuda con instituciones públicas; por otra parte, hay otros tantos que están preocupados por lo que ha significado Roig en el fútbol de los años 90 y no olvidan el daño que supuso Asensio al Hércules. Hay cierto miedo a los "mecenas" venidos de fuera y con ganas de entrar en todos los sectores del club. Suenan los nombres de Abramovich, Fernando Roig pero también el del mencionado Asensio o el de aquel magnate yugoslavo que quiso hacer del Marbella un equipo para subir a 1ª (temp. 95/96) y salió huyendo y con los jugadores sin cobrar, a mitad de temporada.

Paco Roig es un dirigente peculiar y con una historia muy larga. A mediados de la década pasada, por su verborrea y excentricismo, formó junto al fallecido Jesús Gil y Gil y José María Caneda un trío que no fallaba en ningún apartado informativo de deportes. Se hizo cargo del Valencia en el año 94 reemplazando a Arturo Tuzón. Prometió títulos para ilusionar a la afición que tenía aún el dolor del recuerdo doloroso de aquel 7-0 en Karslruher y esa 7ª posición definitoria de que un ciclo se había acabado. Su primer año como presidente dejó al Valencia en 10ª posición a pesar de tener a Parreira, entrenador de la selección canarinha campeona en el Mundial de EE.UU., con fichajes rutilantes pero que no alcanzaron las cotas que se esperaban en Liga pero sí en Copa, donde quedó subcampeón en aquella famosa final de Chamartín. Su mejor temporada llegó en la siguiente edición: subcampeón de Liga, por detrás del Atlético. La pérdida de la brújula llegó con la marcha de Mijatovic y el fichaje de un Romario que no mostró en el equipo "ché" las características que mostró en el Barcelona. Se enfrentó en aquella época con Luis Aragonés ya que al actual seleccionador no había mostrado su interés por contratar al brasileño. Su última temporada en el Valencia terminó bien pronto: en la tercera jornada cesó a Valdano tras perder los tres encuentros y en la 11ª jornada, con el equipo en puestos cercanos al descenso, decidió irse del club tras una derrota dolorosa en casa y con pitidos de los aficionados valencianistas. Desde entonces ha sido el incordio de siguientes directivos en las respectivas juntas de accionistas. Las dos "últimas" fueron el enfado de Jaume Ortí cuando Roig, aprovechando su condición de delegado federativo, dio unos regalos a jugadores del equipo ché por ganar la Liga del 2002 y esa compra masiva de acciones generando pelotazos a los accionistas que le vendían las acciones al dirigente para regresar a la presidencia; al final no resultó esa actuación y él vendió las acciones al actual presidente. Sin embargo, desde su marcha de la poltrona del Valencia siempre ha querido volver a la primera plana. Además, los éxitos de sus hermanos en el Villarreal(Fernando) y en el Pamesa Valencia(Juan) golpean en la mente del futuro dirigente herculano que desea acallar esas voces que comentan de que no se habla con sus hermanos, que necesita demostrar a la gente que puede ser tan bueno como ellos; aunque el mayor peligro es que esa intención le lleve a medidas precipitadas, bien para conseguir el afecto de sus nuevos aficionados, bien para llevar al equipo hasta lo más alto. Como decían algunos aficionados: o nos lleva a Europa o a la desaparición.

Apunte Comprendo que un accionista mayoritario quiera estar al tanto de su inversión pero también vería bien que supiera delegar. Roig viene con ganas de meter baza incluso en la gestión deportiva y eso asusta. Esperemos que Botella y Ortiz sepan frenarle bien.