No. No puede hacer más el gaditano por este club. Ha
parado todo lo posible a lo largo de esta temporada. Quizás, tuvo unos días
malos al comienzo, en las primeras jornadas, pero en su vuelta al once ya
demostró que, en el asunto de “los once metros”(las penas máximas, vamos),
estaba a otro nivel. Lo de hoy es una proeza: parar dos penaltis de Jesé y casi
dejar tocado a la estrella madridista. Pero no todo puede ser felicidad. Falcón,
como en varios partidos, ha acabado siendo víctima del “fuego amigo” en forma
de central uruguayo que, al igual que el día del Villarreal CF, dejaba a
Mosquera que golpeara el balón desde la frontal del área y lograr el empate a
uno. Duro es decirlo: justo resultado.
El conjunto de Quique Hernández acudía a Valdebebas con el
único fin de sumar los tres puntos tras los resultados del sábado. Dio el
primer paso de aguantar la embestida local de los primeros minutos, logró
ponerse por delante en, casi, la única jugada de peligro ofensivo seria: centro
de Cortés y remate de Nacho González, mantuvo el 0-1 hasta el descanso. Sin
embargo, la segunda parte fue otra historia, demasiado prolongada en el tiempo. Esa sustitución de Sardinero,
tras la única aproximación con peligro blanquiazul con un disparo con intención,
para poner tres centrales(Mora-Pamarot-Cabrera) dejó un mensaje muy peligroso:
entiendo la necesidad de sumar los tres puntos pero dejar el esférico en botas
de Jesé-Morata-Borja García-Mosquera era un peligro, ceder además espacio también
era un peligro que se ha acabado pagando. Ni se ha visto a Rosas ni, mucho
menos, un apagadísimo Portillo. Para más INRI, seguía teniendo un enemigo en la
zaga como era Cabrera. El uruguayo tuvo un despeje que estuvo en un tris de
entrar en la propia portería. Media hora demasiado larga. El conjunto de Toril
sólo tuvo que presionar arriba para encontrar jugadas de peligro que Falcón
paraba.
Pero la jugada clave llegó con la expulsión de Pamarot y
un penalty excesivamente riguroso en el que al central se le vio más en el
zarandeo. Falcón atinaba a acertar la dirección del disparo de Jesé desde los
once metros. Pero aún quedaban minutos por jugarse. A falta de menos de diez
minutos llegaba el segundo penalty, más inexistente… pero que Falcón resolvió para desesperación del jugador
madridista. Sin embargo, la alegría duró poco porque, en la siguiente jugada,
Mosquera aprovechaba el despeje de Cabrera y mandaba el balón a las redes. No
cayó el 2-1 porque el conjunto merengue no tuvo suerte y acierto ante un San
Falcón que fue víctima de los errores de sus compañeros de zaga. Lo peor fue
plantear una segunda vuelta escondidos en la cueva. Lo peor del empate es que
vuelan otros dos puntos de ese escueto margen de error. Otro aspecto terrible
es la lesión de Javito que puede dejarlo unas semanas sin ese jugador incisivo.
Apunte. Arbitraje discreto tendiendo a malo. Se anuló un gol a
Portillo por un toque de Cabrera al cancerbero local que podría haberse dado
pero que, en una condición opuesta, la afición blanquiazul habría clamado
contacto en el área pequeña a Falcón. El primer penalty, riguroso, y el segundo
inexistente.