Curiosamente, el deporte nos trae esta paradoja donde, a veces, un mal resultado sirve de catarsis y un buen resultado puede ocultar una situación nefasta. Durante años hemos vivido esa tesitura en la que te sorprende un mal marcador-y también un penoso juego- cuando lo normal era la victoria y viceversa. El mal resultado, a veces, sirve para cambiar la actitud de los futbolistas y "ayudarles" a querer mostrar otra cara. El recuerdo más claro que os puedo dar-y se han dado varios- es aquel famoso 5-2 de Mahón en la temporada 1992/93; después de esa derrota abultada, el equipo se aseguró la promoción venciendo en Elche y después una impresionante liguilla que dio el ascenso a 2ª División.Sí, se perdió dos semanas después ante el U.E.Sant Andreu pero el balance posterior a aquella derrota en tierras baleares fue claramente positivo. En sentido contrario, recordaría la época de la espada de Damocles que tenía Felipe Miñambres sobre la cabeza: cuando el juego y los resultados indicaba la necesidad de ser cesado, siempre llegaba esa victoria que frustraba toda expectativa de cambio de entrenador, retrasando el cese casi una vuelta entera en la temporada 2002/03.
Viene todo a cuento de un resultado, un triunfo en Sabadell, que trae tan buenas expectativas como malas. Alivia a Portillo los dos goles que marcó porque los delanteros necesitan marcar; alegra el buen trabajo de Guille en la zaga y da confianza a dos jugadores que lo hicieron bien:Juan Carlos en la portería y Edu Bedia-del que se pudo ver algún que otro pase que hará locuras a poco que conecte con los delanteros- fueron artífices de la victoria. Sin embargo, también hay argumentos para no estar tranquilos: la penosa forma física en los últimos 20-25 minutos, una defensa que sufre cualquier rival veloz que haya-Collantes fue un puñal, afortunadamente, desacertado- y unas decisiones tácticas complicadas. La victoria de ayer puede servir para ver el vaso medio lleno de una victoria, unos buenos partidos en las próximas semanas pero, también, se puede ver el vaso medio vacío: la victoria tuvo un altísimo componente de suerte en la segunda parte. Cuando la gente deseaba el cese del entrenador tras la derrota de la semana pasada, la victoria ante los arlequinados frena cualquier opción de cambio. Muy contadas son las ocasiones en las que ha habido cese tras victoria, quizás el recuerdo del cese de Miquel Corominas en la temporada 2000/01 tras ganar al Burriana C.F.(1-0).
En las próximas semanas veremos si esta victoria ha sido positiva para el devenir de un equipo que está sufriendo en el inicio de la temporada. Porque lo peor sería que este triunfo pudiera ser más lastre que otra cosa.
Apunte Está costando entrar al Orihuela C.F. su regreso a 2ªB, pagando que no se haya podido planificar bien por su litigio con la RFEF y que se resolvió con la competición en juego. Seis empates de ocho partidos, al menos, demuestra que es rocoso y que es difícil de batir.