A veces, hay deportistas que se olvidan de su pasado lejano cuando eran aficionados a su equipo en cuestión y podían celebrar victorias como enfadarse por la derrota. Todo viene a cuento por la airada reacción de Kike Sanz el domingo pasado; sus palabras desacertadas hacia los pocos valientes que acudieron a las doce de la noche a protestar al estadio José Rico Pérez han provocado una nueva polvareda que se une a la que se percibe contra el técnico Juan Carlos Mandiá el próximo sábado ante un rival complejo-curiosamente, las derrotas ante el Nàstic de Tarragona y en Córdoba la temporada pasada fueron antecedentes de una tarde de pasión ante el Girona C.F.- y en el que la victoria empieza a ser imperiosa. Las tres derrotas, el mal juego en Alcorcón provocaron que el clima fuera tenso. Puede aceptarse que hubo error en los insultos de unos y de otros.Sin embargo, es curioso que la reacción fuera de uno de los miembros del cuerpo técnico mientras el resto de la expedición entraba tranquilamente para recoger sus vehículos, no queriendo ver lo que tenía enfrente.
Desde que se supo este hecho, desde el foro hasta las redes sociales han clamado por su despido. Desde dentro se reclamó que el preparador fisico se disculpara y se retractara de sus comentarios. La disculpa la realizó Jesús García Pitarch, intentando calmar los ánimos pero aún seguían las llamas. El comunicado del preparador físico no fue acertado, automatizado:“Pido disculpas a los aficionados que se hayan podido molestar con mi
comportamiento. Lamento mis palabras en un momento que se requiere del
esfuerzo y la unidad de todos”. Un perdón con puya final a la afición, poco sentido. De ahí, el inicio de este artículo donde uno busca en el corazón de los currantes de este deporte(o de cualquier otro) para hacerles ver o hacerles recordar cuando eran simples aficionados que se mosqueaban por una derrota o un mal partido y hacerles comprender a aficionados que llegan hasta ese punto de esperar a que regresen con un mal resultado en el zurrón. La respuesta de Kike Sanz, que debía de haber sido como la del resto de la expedición-callados, para dentro y conscientes del estado que se vive entre los aficionados como para jugar sin tensión- y deseando, como cualquiera, esa "revancha" que se ofrece cada semana. Debo suponer que, en la explosión de cabreo del preparador físico, hay un asunto mayor:las críticas recibidas por el escaso bagaje físico de la plantilla y que le corresponden a él como encargado de esa faceta; porque una cosa es no tener el equipo preparado en lo relativo al juego pero ello no puede suponer que otros rivales vayan a otro velocidad mayor.
El perdón, en muchos casos, ha de salir de corazón. Ya se ha visto que pedirlo al preparador físico-como si es al entrenador o a alguno de los jugadores- es obtener un perdón carente de alma. Eso se ha visto y ha significado que el perdón de Kike Sanz ha caído en saco roto.
Apunte En Salamanca están en un escalón de sufrimiento mayor. Las noticias que se publican en tierras charras anuncian una campaña de abonados que no alcanza el mínimo que los administradores consideran como necesario para seguir compitiendo y la disolución del club. Igualmente, el conjunto charro no está logrando cubrir la ampliación de capital que debería aportar 5 millones de euros(50.000 acciones por 100 €) muy relevante para el devenir de la entidad.