Miedo, terror, enojo son algunas de las malas vibraciones que se perciben en todo lo que rodea al club...pero también dentro de él. El enojo proviene de una buen parte de la afición, ya hastiada de todo lo que se mueve en el Hércules, desde la faceta deportiva("triunfo" del hashtag #Mandiaveteya en la tarde de ayer) hasta la institucional con las noticias que van surgiendo día a día.Si a eso le unimos unas excusas "tremendas" como la mala forma física, aduciendo en varias ocasiones que no se ha podido preparar bien el equipo-no vamos a negar que un equilibrio tarda a conjuntarse pero no puede ser que cualquiera parezca una moto- y que "no tienen piernas". Si ya cae Kike Sanz "lígeramente" antipático entre los herculanos,estas excusas son puñales. Para que tengan referencia para el próximo partido: Mellberg llegó el 8 de agosto, Cavenaghi lo hizo el día 9 de agosto y, el día 27, Pandiani. Casi todos los equipos van incorporando gente a lo largo de agosto.
El terror se acerca para quedarse si alguien no para esta locura deportiva que empezó a crearse de la nada por una exigencia que se está arrastrando. La afición respondió, tristemente, en los dos encuentros de Liga convirtiendo el derby en algo anodino y, dos semanas después, la peor presencia de aficionados desde que el Hércules regresó a 2ª en 2005. Partidos como el de ayer, las crónicas que se pueden leer deja a las claras el problema que asola a los blanquiazules.
Pero el miedo está en la parte alta del club. El reciente juicio para determinar si la deuda que tiene Aligestión se puede catalogar como general o subordinada sí que ha creado preocupación y terror en la cúpula que dirige el club(hasta tal punto que defendían más su deuda que el interés de la propia entidad). Terror ante la perspectiva de tener problemas si la deuda se considera como subordinada-ya no digamos si se les considera responsables en el concurso culpable- y pueden ver perder toda opción de recuperar dinero puesto en su día. La preocupación es tal que el hecho de ser testigo Sergio Fernández en el juicio, por parte del administrador, ha generado una serie de acciones contra el leonés que dejan claro el enfado que se ve en la cúspide.