Es lógico pensar en otros títulares como los tradicionales que se escriben cuando se empata en el último minuto, otra opción es referirse a la rana y a la naturaleza del escorpión cuando vemos como un delantero como Manucho marca un excelente gol de cabeza...en su propia portería, con una precisión innata. Me da pena por el pobre: lo crucificaron la temporada pasada(creo que la primera que estuvo también, la del descenso a 2ª), tuvo con el gol de Riazor una semana de héroe para volver a ser villano a partir de hoy. Pero este titular me encanta mucho más. Un merecido castigo que ha recibido la actitud del Real Valladolid con el tema de los recogepelotas, una acción que sacaba de quicio a los dos laterales a la hora de realizar los saques de banda y que pudo ser uno de los motivos por los cuales Gil Manzano decretó cuatro minutos de prolongación. Desde que vi ese hecho deseaba ésto: que un gol demostrara que hay que ser más honrados sobre el terreno de juego. El gol de Manucho hizo justicia a pesar de la poca claridad herculana a la hora de ir al ataque.
En sí, el encuentro fue propio de dos equipos que se respetaban sobre el terreno de juego. Cierto es que el Real Valladolid hizo lo justo en la primera parte para acabar 1-0 en la primera parte, al igual, que tampoco hizo mucho más el Hércules para llevarse ese punto que se ha obtenido empujando sin mucha fe. En definitiva, considero que lo más justo hubiera sido un empate a cero. Poco han hecho más Falcón y Jaime, alguna parada de mérito(la de Jaime a disparo de Felipe Sanchón) pero, en sí, no sería de esos partidos para volver a ver. El Real Valladolid se hizo con el balón durante unos primeros minutos de la primera parte y fruto de ello llegó el gol a balón parado. Saque de falta, prolongación de Valente y remate de Javi Guerra. Con el 1-0 el conjunto blanquiazul no logró reaccionar, sin precisión hasta el descanso pero tampoco fue un asedio pucelano que, tras el 1-0, apenas volvió a acercarse a la meta de Falcón. Pero es que la segunda parte siguió los parámetros de la parte final de los primeros cuarenta y cinco minutos. Poco más se veía y lo que se intentaba desde las huestes era el disparo desde lejos con escaso acierto(Arbilla), poco de mala suerte(Tiago Gomes) o una parada perfecta de Jaime(Felipe Sanchón). Sin embargo, desesperaba la falta de ideas por parte de Tote y un David Aganzo revolucionado.El partido se iba apagando sin sensación real de poder empatar. Con el último suspiro, el gol hizo algo de justicia y masacraba la semana gloriosa de Manucho.
Apunte La emoción va a estar ahí, en esa última jornada de Primera División en la que se decidirá esa cuarta plaza de Champions League, otros por las dos plazas de la Europa League y, sobre todo, las dos plazas de descenso. Esperemos que la tarde sea entretenida y que no se tuerza desde los primeros minutos.