Vencer, vencer y vencer. Pues sí y no. Ganar es importante, pero hay otros valores en el deporte que me parecen más importantes cuando la alegría de una victoria se apaga o la tristeza por una derrota. Aparte de los lógicos del correcto desarrollo del partido dentro de los cauces del juego limpio- pero sin perder vigor-, de la caballerosidad a la hora de saber ganar o perder, hay otros como la solidaridad, el apoyo entre aficiones, ese "Hoy por tí, mañana por mí" que supera barreras de rivalidad. Porque creo que ese es el camino a seguir entre la gran masa de aficionados: el apoyo en esta época tan dura para todos, y en el ámbito que nos concierne, la crisis económica y otra peor, la institucional que se da en muchos casos. Una solidaridad que también tiene de mirarse hacia adentro, pensar en lo que se haría si la situación fuera esa para nuestro club. Vamos, lo que se ha definido, de toda la vida, como empatía. Una situación que hace que uno se acabe olvidando de historias, de rivalidades que se fueron de las manos y acabe pensando en la situación de ese aficionado "orellut", de ese aficionado "unionista"...sin olvidar a aquellos que ya han perdido hasta la posibilidad de ver a su equipo de toda la vida porque desapareció de la competición.
Recientemente ha llegado a foros otro grito desesperado de aficionados: los del U.D. Salamanca y que, ya en su momento, comenté en este blog hace unos cuatro años y que se vuelve a repetir. El descenso a 2ªB la pasada temporada ha acentuado la situación en la que se encuentra el club charro. Una crisis deportiva y económica que tiene, además, una espada de Damocles en forma de procedimiento concursal como el que vive el Hércules CF(y otros muchos más), con una petición de compra, por parte de los aficionados, del estadio por parte del consistorio salmantino para solventar la deuda del equipo, también las gestiones habituales para que el estadio, que está en otro municipio, se recalificara, lo que generaría ingresos-pero en una época de crisis es arriesgado- y, para colmo, el equipo no está mejor deportivamente, pues las opciones deportivas de subir están lejos. En suma, todo se ha unido hasta el punto de plantearse, más como medida de presión, cerrar el club y refundarlo, empezar desde cero, vamos. Pero si la situación charra es mala, la que se vive en Castellón de la Plana no es mejor. Con una amenaza de irse fuera de la competición-se gastó una bala no presentándose ante el Llosa- como no vuelvan a jugar otro partido, el equipo está en una situación de sinvivir tras muchos años con un máximo accionista que logró maniatar todo el club en los últimos tiempos, incluso a la hora de vender las propias acciones. El circo que se vivió el año pasado con el descenso y si se iba a continuar o no lastró al equipo. El conjunto blanquinegro recuerda amargamente el peso que puede tener un máximo accionista en el desarrollo de un club para bien...o para mal. Una situación la de Castellón que, esperemos, no se repita en Alicante.
Sin duda, lo que están pasando no es nada agradable. Si a eso le unimos la situación global que vive el club herculano, eso hace estar más sensibles ante situaciones que, como ésta, hacen que sea justo el apoyo a aficiones que lo pasan mal, apartando las rivalidades que sólo son bonitas sobre el terreno de juego.
Apunte Sigue coleando el asunto Aganzo. El propio jugador se sigue descartando para los partidos mientras compañeros suyos, aún renqueantes, no le hacen ascos a jugar unos minutos o estar con el hombro maltrecho.