lunes, enero 03, 2011

Cuatro copias y las musarañas

Una vez más se vuelve a perder 3-0 en un encuentro a domicilio, con más o menos parecido en el descalabro, hasta el punto de que la imagen habitual fuera del estadio Rico Pérez está siendo más cercana a estas derrotas mientras el 0-2 del Nou Camp ha pasado de gesta a ser un simple toque de suerte siguiendo, al pie de la letra, la fábula del Burro flautista de Tomás de Iriarte. Se perdió en el Coliseum Alfonso Pérez y los jugadores hicieron acto de contrición y diciendo a los cuatro vientos que la imagen no se volvería a dar más...hasta que llegó, un mes después, la derrota de Pamplona; en el Reyno de Navarra se repitieron las mismas palabras pero la credibilidad dura poco y la afición ya comenzaba a pedir hechos, actitudes diferentes. Se perdió en Cornellà pero se dijo que se jugó un buen partido a pesar del 3-0 y, unas cuatro semanas después, se repite la hazaña en el estadio del RCD Mallorca. Salvo el empate de Almería y Santander, poco queda de aquel Hércules que había hecho un buen partido en el Camp Nou. Cuatro derrotas por 3-0 más la de Riazor por un igual de doloroso 1-0 porque se pudo haber sumado otro punto.

¿Y las musarañas? Pues estaría rondando por la zona de la zaga herculana que estaba despistada en la primera parte como lo demostró la facilidad para rematar de Pereira en el primer minuto en un saque de esquina y que Calatayud evitó que entrase, no sin dificultad. Sin noticias de Trézéguet y Valdez en ataque, con una línea medular más pendiente de no caer en acto de servicio(ellos quedan tras la prolongada ausencia de Farinós y la de Tiago Gomes para menos de un mes) que de cortar y repartir juego, el trabajo fuerte correspondía a la defensa y ese deber de, si no se gana, que se empate a cero pero no. No pudo ser esta vez y el RCD Mallorca, que se iba acercando tímidamente a lo largo de la primera parte, dio dos zarpazos en tres minutos por el fatídico rechace de Calatayud que aprovechó Nsue y el tanto de Víctor Casadesús. Con 2-0 en el descanso y una terrible estadística que cifra en 503 minutos el tiempo sin marcar gol a domicilio, el milagro ya adquiría proporciones considerables. Si, encima, a los seis minutos de la reanudación se recibe el 3-0 el resto era coser y cantar para los baleares. El Hércules, con Portillo y con Cristian en el terreno de juego, intentó cambiar un poco la imagen, se acercó más a la portería de Aouate pero ya no había sensación de una remontada que no se esperaba.

Apunte Que Royston Drenthe ha errado el modo de reclamar sus nóminas impagadas, está más que dicho. Sin embargo, es obligatorio lamentar que buena parte de los aficionados herculanos tengamos que soportar que unos pocos se dediquen a criticar al holandés manchando el nombre del club que, suponíamos, quieren pero que no lo han demostrado manchando el estadio o la casa del jugador.