Sin duda, lo peor que le pudo ocurrir al Hércules ayer fue la pérdida de la doble D para Sevilla, presumiblemente: Delibasic expulsado y Danciulescu lesionado-ojalá entre algodones esta semana y ya no más- pero que, además, demostraron que tienen gol y referencia. Una vez fuera del campo, Tote y Portillo llevaron el nivel ofensivo del equipo que, en el caso del primero, fue bueno al principio hasta decaer como todos en ese "hacer la guerra por su cuenta". El 1-2 no se puede decir injusto pues las ocasiones del Hércules para el empate a dos fueron muy claras pero casi no tanto como el fallo garrafal final en el que un delantero orellut se quedaba a solas con Calatayud y el cancerbero atajaba el peligro que se veía venir. Ahora podemos recurrir a esos términos como derrota útil-de las que soy partidario desde aquel célebre 5 a 2 de Mahón(92/93) y que puso el justo punto de cabreo que nos llevó a Segunda- y pensar que empatar a la heroíca hubiera acabado siendo más perjudicial si lo que se desea es un toque de atención. No seremos el primer ni el último líder que pierde con el colista desahuciado-como perico ya lo viví en el Camp Nou la temporada pasada con las mismas circunstancias-; no será la primera vez que estando arriba se nos atragante un rival(aquel Linares en la 83/84 o Écija en la 95/96) en ambos campos. Lo importante es capear el temporal y, sobre todo, no perder la cabeza. Ayer los resultados fueron buenos(pudo haber sido mejor si el Levante no hubiera marcado el 2-1).
Ayer no fue el día de nadie. Algunos hicieron algo más pero que rozaba el mínimo exigible mientras que otros acabaron desquiciándose con el paso del tiempo. Un ejemplo claro de cómo estaba ayer el Hércules fue el saque de centro tras el 1-2 cuando Farinós recibe el balón y se le descontrola sólo. Pero sí hay un ejemplo de ese desquiciamiento fue la tarde desafortunada de Jorge Alonso. El salmantino no lograba dar un pase bueno y lo único positivo de mención fue su disparo desde la frontal; pero lo que le acompañó al centrocampista fue una ración de críticas cada vez que tenía el balón en el esférico. Se hablaba de cambiarlo antes del descanso pero Esteban acertó: hay jugadores que aceptarían una tarde desastrosa y otros a los que literalmente " te lo cargas" si lo cambias de esa manera- yo sólo soy partidario de cambiar antes del descanso si veo desidia en un jugador-, por lo que ya veremos dónde juega Jorge Alonso la próxima vez que vista la camiseta blanquiazul.
Por lo demás, el partido fue plenamente desacertado ante un rival que, en principio, se perdía en contraataques desaprovechados.El Hércules, a base de saques de esquina y faltas iba creando peligro hasta que llegó el 1-0 que era justo a esa altura del encuentro. Ahí es donde se pudo decir que no se controló bien el partido. El Castellón empataba y volvía a abrir el partido. Delibasic y luego Danciulescu decían adiós al partido de Sevilla con una tarjeta amarilla al montenegrino(luego llegó la segunda amonestación pero la primera ya servía para cumplir ciclo*) y una lesión inoportuna del rumano al final de la primera parte. Con Tote y Portillo en el terreno de juego más la expulsión de Páez por el Castellón, el Hércules secundado por su afición jugó unos minutos bien, en los que el empate era posible hasta que el cronómetro dijo que era el momento de ir cada uno por su cuenta y ahí se perdió opciones de empatar. La próxima semana se verá si se ha aprendido algo y si lo de hoy, para los de Márquez, es un espejismo o el inicio de una esperanza.
Apunte Lamentable, deplorable y todos los adjetivos posibles para definir la inhumanidad de la Confederación Africana de Fútbol a la hora de excluir a Togo de las próximas dos Copas de África. Para colmo, se muestran condolidos. Pues menuda forma de actuar para lamentar los sucesos acontecidos.
* Una vez mostrada la segunda tarjeta amarilla, el montenegrino pasó de cumplir ciclo...a seguir amenazado con cuatro tarjetas. Artículo 113