Es un tema que tiene un valor tan importante como los fichajes pues son jugadores conocidos por la afición pero que tienen un componente por lo que se refiere a mantenerlos dentro de la plantilla. Con esa especial espada de Damocles que es el uno de enero, pues representa el inicio del momento en el que los jugadores pueden negociar con plena libertad con otros clubes si les falta menos de medio año para terminar contrato, la afición ve como se van anunciando renovaciones que no se concretan. Los medios no ayudan recordando hechos del pasado- en especial, el lacerante tema de la renovación fallida de Sergio Fernández- y crean un ambiente exageradamente excesivo. Sin atenerse a que el club ha mostrado una inicial disposición a negociar la renovación, se crea una sensación de que no se está haciendo nada por renovarlos cuando se olvida que no será fácil lograr que buena parte de la plantilla se quede en el Hércules. Posiblemente, creo que Sendoa colgará las botas en el Hércules, al menos como futbolista de élite; otro del que tengo fe en la renovación es Calatayud, salvo oferta del Málaga CF en Primera, como agradecimiento tras un par de años malos en Santander y, por último, Abraham Paz. En el alero estarían Farinós o Tote mientras habría que ver la intención de Delibasic y ver su interés por un hipotético año de más en Segunda.
Vamos a ver, cuando las cosas van mal no se toca el tema de las renovaciones por dos razones: porque no es momento y porque los jugadores quizás no sean los más adecuados dentro de un nuevo proyecto; además, si alguno destaca pensaría mejor en irse si no ve disposición del club a mejorar. Si se está en mitad de tabla, el proceso sería más factible pues no habría riesgos y, en algún momento determinado se podría tratar pues tampoco se cree en el club que el jugador se encuentre con ofertas interesantes- además, se puede dar el caso de hace dos-tres temporadas cuando, en vez de renovar, se dejaba a los jugadores sin renovación(Ismael o Redondo). Por último, en la tesitura en la que estamos, el club lo tiene difícil por una razón:la cercanía de un ascenso hace que el futbolista se muestre expectante ante ofertas de otros clubes, que éstas le indiquen lo que puede pedir al club. El jugador, en esta situación, no renovaría si no sabe con seguridad la categoría donde militará su equipo de origen- pues la Primera División ya es jugosa por jugarla-, también estaría pendiente sobre el supuesto equipo de destino(imagínense, que ese club acaba bajando de categoría) y, por último, el dinero ofrecido. El Hércules, como muchos equipos, debe calibrar entre lo que puede ofrecer a su jugador y cuánto a su supuesto sustituto. Una de las esperanzas para el club alicantino se deposita en el deseo de los futbolistas de quedarse en Alicante, sobre todo, con el ascenso en la mano.
Apunte La lógica imperó con la eliminación de la primera tarjeta de Sendoa Aguirre. No era justo que fuese expulsado por dos hechos de los que era inocente, bien porque no le tocó en la mano, bien porque no hace ostentación de pedir penalty sino que se cae y se levanta tranquilamente. Simular un penalty debe incluir, de no pitarlo, protestas del jugador y, en este caso, no hubo motivo alguno.Sea como sea, el perjuicio se ocasionó en el momento y fue dejar al Hércules con diez durante una hora.