Aunque las cifras casi puedan revelar que poco ha cambiado en el Hércules en un 2009 inolvidable, no está de más recordar esa semana que transcurrió desde el último encuentro disputado en el estadio de El Helmántico hasta la contratación de Esteban Vigo como entrenador del Hércules C.F. para la 2009/10. Esos días llevaron consigo una cantidad considerable de emociones que fueron desde el enfado, desilusión,ira hasta concluir en un estado de duda y esperanza con la llegada del entrenador malacitano y que era la respuesta a todo un cataclismo que había supuesto la marcha de Juan Carlos Mandiá, el puntal de un proyecto que parecía desvanecerse en un mes: la semana previa al partido de Salamanca comenzaba turbia con la despedida de Sergio Fernández en rueda de prensa y, poco después, de Rubén Navarro;pero no iban a ser los únicos pues Mandiá había determinado el fin del período en blanquiazul de Fernando Sales y Morán. La sensación, antes de ir a tierras castellanas, era que se acababa un bonito sueño y que la temporada 2008/09 iba a ser difícil de superar. Ya había tenido referencias de que habían llegado ofertas a Mandiá pero se esperaba que no iba a hacer caso a los cantos de sirena cuando en Alicante tenía un trabajo óptimo pues, a la labor de entrenador se unía casi la faceta de jefe de la comisión técnica al más puro estilo inglés. El partido ante el Salamanca tenía un morbo especial además de ser el último partido para los que se iban a marchar: la presencia en el conjunto local del joven Jorge Alonso, del que ya se sabía que tenía buenas opciones de ser fichado por el club alicantino. El triunfo por 1-5 servía para marcar con más fuerza el record que suponía la mayor puntuación sin subir y que ya tenía el Hércules con los 75 puntos.
Todo parecía normal, el entrenador se reunía con el máximo accionista y el mensaje común era un proyecto "que ilusione a la gente". Dos días después, se iba conformando el proyecto con la contratación de Juanra mientras seguía pugnando por Abel Aguilar para obtenerlo en propiedad o, en todo caso, tener sus servicios otro año más pero los tres millones que pedía el Udinese parecía ser un muro demasiado alto...como así fue. El máximo accionista del Hércules, Enrique Ortiz mostró su interés en potenciar más si cabe el equipo pues su esperanza de subir estaba intacta y también en la dirección de Mandiá.
Prácticamente, con la "cremà" de las hogueras, surgía la sorpresa desagradable: el entrenador que debía continuar con el proyecto se iba a las primeras de cambio al aceptar la oferta del Racing de Santander. A pesar de los intentos del club para que se quedara, el de Alfoz decidió coger el primer tren hacia primera división. La ira, el enojo, el cabreo y el afán de venganza se mezclaron en plena resaca de la noche mágica de Alicante. Todo el castillo se desmoronaba y la esperanza de repetir una temporada tan buena como la finalizada era casi minúscula. Mientras que el club luchaba por lo inevitable, Juanra se convertía en el primer refuerzo en ser presentado ante los medios locales.
Ante el estupor de la marcha de Mandiá- que tampoco ayudó con unas declaraciones carentes de lógica-se unió la sorpresa desagradable de la posible contratación de Juan Manuel Lillo como así se apuntaba desde el diario Información. Aunque luego se ha sabido varios aspectos de aquello, lo que es cierto es que fue un despertar demasiado terrible. La discreta temporada con la Real Sociedad, su imagen de ser un entrenador demasiado "filósofo" unido a una trayectoria claramente descendiente hacía temblar más todavía al herculano más optimista. Sin embargo, la historia del tolosarra apenas duró 24 horas. El domingo 28 de junio se supo la contratación de Esteban Vigo. El malacitano había roto las negociaciones de renovación con el Xerez CD tras el ascenso y estaba sin equipo desde mucho antes de la marcha de Mandiá. A pesar de que el diario Información ponía que entraba en la carrera, otras fuentes indicaban que el entrenador ya estaba fichado. Enrique Ortiz quiso sacar bien pronto un clavo con otro clavo y encontró la persona adecuada para olvidar al lucense y continuar con rabia y mayor ilusión el proyecto 2009/10.
Aquí está resumida una semana que fue clave en el devenir blanquiazul en este 2009.