Estos años comienzan con un terremoto: en octubre de aquel año 2005 y con el buen momento deportivo que se vive, Francisco Roig entra en el barco herculano para aportar su caudal económico y, también ese ímpetu peculiar que le hizo famoso cuando era presidente del Valencia CF post-Tuzón. Sin embargo, esa ilusión del máximo accionista por tener alguien a la par se tuerce en un par de meses, en un mercado de invierno alocado por la disputa entre Valentín Botella y el hijo de Roig, Alfonso que convierte el vestuario en un polvorín. Polémicas que acabaron, además de los resultados, con el primer periplo de Mandiá en el Hércules. Mientras que el club salvaba los muebles deportivamente con el buen papel de José Bordalás como entrenador, Ortiz supo mover los hilos y agitar lo suficiente para que toda la familia Roig saliera escaldada del Rico Pérez. Unos se iban y otros volvían. Javier Subirats regresaba al Hércules tras un mal año en el Valencia como director deportivo. Irónicamente, su primera aparición en el 2003 atrajo rumores de la llegada de los Roig pero fue, tras la marcha de estos, cuando volvió. Su regreso cerró las puertas de Rodri que, en su momento, también repitía tras su presencia en la 1997/98.
La temporada 2006/07 sólo tuvo una pequeña virtud: en ésta, apareció Farinós y Tote que están siendo algunos de los pilares de este Hércules. Fue una temporada convulsa que comenzó con el cese de Bordalás en la séptima jornada y el fichaje de Yosu Uribe. El equipo subió poco a poco en la clasificación pero todo se torció en el ecuador, cuando Aragoneses debía salir del equipo por un problema de salud que lo tuvo alejado cuatro meses y privó de obtener los réditos deportivos deseados. En 2006 se iba Schiavi en el mercado de invierno al no adaptarse a la vida europea y desear volver a América.Tras la derrota en El Ejido, Uribe se marchaba del Hércules, siendo Paquito el encargado de llegar hasta la orilla de la permanencia y que logró con relativa suficiencia. Lo más relevante fue la compra del estadio José Rico Pérez tras arduas gestiones.
La temporada 2007/08, al igual que la 2003/04, pasaría a la historia como otra de las pocas en la que un técnico que empezaba podía acabarla en el Hércules... y, al igual que en aquella, no sin deseos por parte de la afición de que no fuera asi. La ilusión se frustró pronto, entre aquel partido ante el Sporting de Gijón y la marcha de Blas Pérez, aquel panameño que había despertado esperanzas con su fichaje siete meses antes. Institucionalmente, el club se vio sacudido por un juicio contra Subirats por temas duros que empozoñaban un ambiente que Goikoetxea, en vez de calmar, azuzaba de forma errónea.
Sobre la temporada 2008/09, poco que decir pues fue exitosa, sobresaliente pero le faltó ese poquito que le hubiera aportado la matrícula de honor: el ascenso. Con el regreso de Mandiá al banquillo y a los despachos, la trayectoria fue positiva de principio a fin. Como en cada año(2005 y 2008), que las cosas van bien, la imaginación se desbordó con buenas afluencias en la grada y con gestos como los posavasos que, sin ser de calidad, permitieron una tarde con los jugadores herculanos en la previa de aquel Hércules-Tenerife y que éstos percibieran a escasos centímetros, la ilusión desbordante.
La temporada 2009/10 está por escribirse pero los primeros capítulos ilusionan.¿Logrará Enrique Ortiz "su" ascenso en junio?. Ya se verá pero las cosas van bien aunque hay apartados a arreglar y que ya comentaré en el