Del cine hemos aprendido que siempre hay que tener guardada una última bala en la recámara, por si acaso hay que hacer uso de ella. Es muy útil, sirve para acabar con el malo maloso de turno cuando todo parece perdido; para disparar a un peripuesto depósito de gasolina, que acaba con todos los contrincantes cuando, rodeado, lo único que veías hasta el momento, era pasar es toda tu vida por delante de tus ojos; o en el peor de los casos, hacerse el harakiri librándote de una muerte aún más horrible, porque rodeado de una masa de zombies, no tienes una salida menos dolorosa que esa (¡Cielo Santo, leyendo estas líneas estoy empezando a tomar conciencia de las horas que he pasado delante de una pantalla, ya sea de cine o de televisión!)
La última bala del Hércules es bastante peculiar, tiene nombre y todo, como las bombas que se dejan caer durante los bombardeos (y es que sería un bombazo, la verdad), se llama Córdoba CF, no hay más. La victoria del Tenerife nos deja jugándonos los cuartos con el Zaragoza y los 5 puntos de desventaja son casi imposible de salvar, a no ser que la Santa Faz haga una de las suyas. Decía que la última bala del Hércules se llama Córdoba CF, y que es bastante peculiar porque de acertar en el blanco, no sería la última, sino la penúltima, y ello dando por hecho que se gane al Albacete , vamos, la alineación de los astros, porque si bien es factible la segunda de las variables; la primera es harto complicada de que se dé, puesto que el rival del Córdoba es, como todo el mundo sabrá a estas alturas, el parecer ser, infalible Zaragoza.
Sorpresas de última hora aparte, quiero agradecer al equipo el habernos hecho sentir, y disfrutar durante estas jornadas y el hecho de que haya llegado al último partido de liga en casa, con ese retintín de que puede haber un milagrillo esperando a la vuelta de la esquina, motivo más que suficiente como para que acudamos al estadio a aplaudir y a reconocer el esfuerzo que nos han dedicado durante esta temporada y...¿un milagrito....aunque sea pequeñito?