Remontar el 2-0 del CD Tenerife con diez jugadores se podría considerar como algo anecdótico si no ocurriese a menudo. No tanto el marcador sino el hecho de que ya son varias las ocasiones en las que se ha remontado el gol rival inicial, igualándolo o superando al rival. Comenzó todo, en competición oficial, con aquel 0-1 del UD Levante en Copa del Rey que Morán igualó y que Tote colocó el segundo tanto que clasificaba al equipo para la siguiente ronda; tres días después, un gol en propia puerta de Amaya(Rayo Vallecano) impedía la victoria madrileña a base de tesón y cierta suerte. Dos semanas después, el gol más famoso de la temporada- el penalty de Farinós ante la Real Sociedad- servía para neutralizar el tanto inicial de Labaka. Los resultados se iban encauzando aunque el empate era más normal(tres empates de la 5ª a la 8ª jornada); otra remontada ocurrió en Sevilla cuando el tanto inicial de Pukki se vio contrarrestado en la segunda parte con los goles de los dos centrales en sendas faltas. En Valladolid, a pesar del resultado de la ida y sin mucha tensión, Sendoa igualaba, por primera vez en la temporada un 2-0 local. Los dos últimos desplazamientos han seguido esa estela de remontar una desventaja tremenda con cierta facilidad; aunque en la isla tinerfeña se perdió, la imagen fue de consistencia a pesar de la doble inferioridad(Tote en la primera parte, Sergio Fernández en la segunda) que no terminó de completar la gesta.
Esa virtud es básica en el sentido de que, si hay fe en dar la vuelta a un resultado contrario, el equipo gana en confianza. Aquel Real Madrid de hace dos años que remontaba las ventajas rivales fue creyendo más y más y acabó ganando una competición. Este Hércules tiene esa estela de ir a por el partido a pesar de tenerlo en contra; si esta imagen la contrastamos con la de un equipo que baja los brazos cuando recibe un tanto, que deja perder ventajas a poco que le apriete el rival. Esa comparación agiganta las diferencias pero es que son tales. El Hércules ha perdido en dos ocasiones, ambas por un gol de diferencia, bien por mala suerte(tres balones a los postes en Girona), bien porque juega en inferioridad por una más que dudosa decisión de un discreto árbitro. El equipo ha demostrado que quien quiera ganarle le costará. Cierto que al Hércules le cuesta igualmente y que el empate sea normal(la mitad de los partidos han acabado en “X”); Si el rival se pone por delante, lo habitual es empatar o vencer; si el Hércules se pone por delante, lo normal es ganar salvo algún que otro encuentro muy puntual. Porque este Hércules, como unos cuantos equipos, juega mejor con el resultado a favor que con el 0-0; sí, es de Perogrullo, pero no todos los equipos saben hacerlo y acaban siendo vencidos.
Apunte Según la LFP, salvo error, el Sevilla Athco. jugará en El Sánchez Pizjuán el partido ante el SD Eibar. La propia organizadora debería frenar este baile. Ya alteran bastante los filiales como, para ahora, estar bailando con el terreno de juego.