Suele ser habitual un resumen cuando termina un año y, en esta ocasión no iba a ser menos. Hay una parte herculana, que la trataré el martes y otra general que la hago hoy.
El 2008 fue un buen año a nivel deportivo: los éxitos del ciclismo(Contador en Giro y Vuelta, Sastre en el Tour, Samuel Sánchez ganó el oro olímpico en Pekín), en el tenis(el nº 1 de Rafa Nadal gracias a su regularidad y sus triunfos en Londres y París, la Copa Davis en cancha rival), los buenos papeles realizados a lo largo de este año por la “ÑBA”-destacada presencia de Gasol en la final ante los Celtics- culminada por una brillante final ante los EE.UU. en los que los árbitros-y reconocido por ellos mismo, se perjudicó intencionadamente al rival de los estadounidenses-; algún lunar negro tenía que haber- la ausencia de medallas olímpicas en atletismo y natación- pero, a nivel general, se puede destacar como un año bastante positivo y mejorable en otras disciplinas. Muy lejos queda ya la época en la que las alegrías venían poco a poco y, en muchas ocasiones, de forma épica.
Entre todas las alegrías de 2008 resalta una por encima de todas por inusual pero esperada desde hace años: fue el año en el que un trofeo llegaba a la RFEF tras decepciones de todo estilo. Cada competición seguía la misma línea: ilusión inicial, partido brillante…y derrota en cuartos con la consiguiente decepción. Otras veces no se llegaba ni a cuartos… pero 2008 fue el año del “podemos” de Cuatro y parece que ese cántico ejerció un poder inspirativo de grandes gestas. Ganar la Eurocopa tendrá un valor positivo(tener un trofeo que atestigua que somos capaces de ganarla) y otro negativo(se ha subido el listón y el nivel de decepciones puede crecer si no se alcanza, por ejemplo, las semifinales en el Mundial de Sudáfrica). Ya se ha acabado la historia del “no hemos ganado un trofeo en mucho tiempo, no somos favoritos”. La competición fue brillante de principio a fin: hubo dominio en la primera fase(4-1 a Rusia), se supo sufrir(2-1 a Suecia), se supo remontar(2-1 a Grecia remontando el tanto inicial griego), se tuvo suerte por partida doble(la tanda de penaltis ante Italia y la eliminación de Holanda ante Rusia en cuartos), se ratificó el poder español ante Rusia(3-0), una selección que la prensa encumbró con estupideces varias ante un buen partido ante los neerlandeses, fruto de ese juego anárquico ruso que da golpes si no estás en guardia pero que se queda en nada si se les vigila- el héroe Arshavin quedó apagado de principio a fin por la defensa española-, por último, la final fue quizás más oscura, más trabajada pero el tanto de Torres debía de valer para algo y así fue…para conquistar, por fin, la Eurocopa ansiada por varias generaciones. El pasado domingo se celebró los 25 años de aquel 12-1 que, aún así, sigue siendo ampliamente recordado. Es la diferencia entre la victoria épica y la trabajada de principio a fin.
Apunte El gol de Raúl al equipo oscense sigue disfrutándose entre la gente herculana. Esa manera de meterse entre los dos defensas juntos, ponerse cara a cara con el portero y ejecutar un disparo preciso que fue a la red. Muchos son los halagos para un jugador que, con Sales, se merece la banda derecha. ¿Santacruz? detrás de ellos...cualquiera menos el desesperante Gerardo.