Hace dos meses escribí un artículo dedicado a un joven que falleció en su mejor momento deportivo propio y en conjunto: la tarde antes de fallecer había ayudado a su equipo a ascender a la C-1(una 2ªB italiana) con su esfuerzo en la zaga y sus escasos pero bellos goles. Sin embargo, por un caso como éste se encuentra una serie de jugadores que prefirieron el dinero antes que su trayectoria deportiva. Con ello no les quiero "criminalizar" pues es absolutamente lícito querer ganar más dinero, más cuando la carrera futbolística es más o menos breve(década y media sin contar si sigue en los banquillos). Cientos son los casos que encontramos de jugadores que prefirieron cambiar de aires y desaprovecharon la posibilidad de menos dinero y mayor estima de la afición. Por ejemplo, estoy hablando de jugadores como Mendieta- ídolo en Mestalla, traspiés esperado en el Lazio-, Lardín, Quique Estebaranz(de Tenerife al Barça)- que, de seguir con su equipo, habrían acabado mejor que lo que hicieron estos jugadores yéndose de dónde se les valoraba. Puede que sea porque personalmente no me gusta maniobrar sin red que reduzca el daño o porque veo que su rendimiento se supone que bajará drásticamente con su nuevo club pero prefiero los jugadores que desean seguir antes que marchar. Es lo que tiene preferir lo conocido que empezar de cero. Muchos de los arriba citados no lograron superar las expectativas y su nueva afición quizás no tuvo la paciencia que tuvo la anterior. Quizás porque me gusta una determinada concepción del fútbol algo más romántica dentro de este fútbol moderno- del que no me canso de decir que es fundamentalmente adaptarse a él- , echo de menos esos jugadores que, al igual que ese gran Manolo Macià, prefirió seguir en Alicante con el favor de su gente antes que recalar en equipos como Madrid o Barcelona. En algunas ocasiones, el gran fallo de los jugadores es su propio representante, quien le llena de historias y ofertas en vez de saber aconsejar cuándo debe salir de un club y cuándo quedarse. Mientras tanto, seguiremos viendo como jugadores acaban en equipos de tercera o regional después de un mal paso cuando lo más fácil era quedarse entre los aplausos de los suyos.
Este tema viene también en relación con ciertos comentarios de Kike Mateo sobre su deseo de quedarse en Alicante y, a la vez, sentirse "valorado". El problema es que hablamos de dos ideas contrapuestas- más si encima va con la oferta de un equipo-: la de querer seguir... pero no a cualquier precio. Está claro que un esfuerzo se debe hacer pero la sensación al oírlo hablar es de querer pedir una cantidad excesiva para las arcas del club- a estas alturas sería necesario establecer un tope salarial y quien debe encabezarlo para que los demás sepan a qué atenerse-; ir con una oferta de otro equipo bajo el brazo es para preguntarse si su deseo es seguir o no en este club. Si su deseo es seguir- muchos así lo desearían- sabe que está en el Hércules; es decir, un equipo que paga aunque sea de forma errática; un equipo con un "trato especial" a sus jugadores. Sabiendo cómo es el club, sería fantástica su continuidad pero ello también a un precio: el de no estar cada dos por tres mareando con otras ofertas y anhelos de sentirse "valorado". Su entorno es propicio para poder cumplir con su deseo de retirarse en Alicante pero también dependerá de él -no vacilando al club y su afición - y de los dirigentes no escatimándole a él lo que le dan a otros. Por cierto, que no todo es dinero sino también ayudar a que el trabajo sea más fácil de llevar a cabo.
Apunte ¡Vaya jornada de Champions! Entre el desliz del portero del Levski Sofia, al no controlar un balón que le venía sencillo al pie y que acabó en las redes de su portería, y el de ayer de Nicolita(Steaua) al querer echar para atrás donde suponía que estaba su portero y ver como marcaba en propia puerta han decidido darle una muestra de apoyo a aquel cancerbero inglés que tuvo idéntico traspié con Croacia.