Cuando se supo que Benítez iba a jugar en la banda derecha, siendo zurdo, empezó a crearse una sensación de perder, de antemano, al jugador onubense. Como era de esperar, estuvo demasiado perdido, al igual que Xisco Nadal, el día del Alavés. Como se comentó en el artículo del domingo, la banda derecha del Hércules es inexistente cuando no se esperaba eso durante la pretemporada: Sendoa y Benítez por la izquierda mientras que Juanlu y Kike Mateo correrían por la derecha. Tres meses después y tras un cambio de entrenador: Sendoa y Kike Mateo por la izquierda porque el murciano rinde mejor por la izquierda; Benítez por la derecha, perdido, mientras Juanlu ha dejado de contar aunque se espera que, en breve, volverá en el momento en que Kike Mateo recibiese la quinta amonestación de la temporada. Pero no sólo se pierde dicho interior, también lo hace el delantero que no recibe de forma correcta el balón para disparar a puerta.
El tema de la banda cambiada va de antaño y consiste en que un jugador juegue en la banda que no corresponde a su pierna natural. El objetivo es que el jugador desborde hacia el interior del área grande y, en muchas ocasiones, facilitar el disparo desde lejos con su pierna buena o, como dicen los medios de comunicación, "con el guante" que tiene por pierna. Esta situación se contrapone a los interiores que juegan en la banda que les corresponde y que tienden a abrir y extender el campo al desplazarse para fuera, en dirección a la raya de fondo, para centrar y que el delantero pueda rematar sin tener que estar de espaldas a portería, el estilo antiguo. Hace años, en el Espanyol jugaba Lardín en la banda derecha para aprovechar sus chuts fuera del área y darles el efecto que sólo su pierna buena solía dar. Con el tiempo, ese "descubrimiento táctico" lo fui aplicando a varios jugadores, entre los que destaca Luis Figo; el portugués alternaba ambas bandas. Cada vez parece normal que jugadores estilo Reyes alternen la banda propia para entrar en contacto con el delantero centro madridista, o bien, juegue en la banda cambiada para aprovechar que tiene un muy buen disparo, fuerte y colocado. En este juego ha de contar con un partícipe obligado: el lateral. Si el defensa carrilero no es ofensivo, sería conveniente jugar con un interior más natural, sobre todo para aprovechar los centros al delantero y ayudar mejor en el repliegue; por el contrario, si es un defensa con capacidad para ir hacia arriba, el tipo de interior ya sería indiferente y sólo bastaría que estuviesen compenetrados a la hora de dar pases precisos: que el defensa rival no tenga claro si el interior irá hacia dentro si su naturaleza así lo indica, o bien, centre al lateral para que éste llegue al final y centre, a su vez, al propio jugador interior que podría ir al remate. Obviamente, el entrenador sabrá lo que es mejor pero es bueno crear en el rival las dudas suficientes para que el equipo las aproveche, en vez de "telegrafiarle" las jugadas y perder ocasiones de juego.
Apunte ¿Capellización de Uribe? o ¿Uriberización de Capello?. Es difícil valorarlo. Lo que sí es cierto es que el Osasuna, al igual que el Numancia, puso el juego y el Madrid, al igual que el Hércules, la eficacia delante la portería. A ver si el asturiano hace patria en su Gijón natal y muestre un fútbol diferente porque no se puede soñar con repetir gestas de ganar sin jugar.