jueves, enero 27, 2005

El dilema de Máyor


Parece que las cosas no cambian en el fútbol. Aunque el amor de padre es algo de apreciar, lo peor es cuando hablan más de la cuenta en lo que se refiere a su vástago. Todos los rumores han salido a la superficie una vez que Mandiá ha considerado al joven canterano como el último delantero de la plantilla... sobre todo cuando el gallego se ha acostumbrado a jugar con un sólo punta con lo que su concurso en el Hércules 2004/05 será cuestión de "alineación de astros" y se den las circunstancias para que el gallego le dé esa oportunidad que se merece, sobre todo, en un equipo donde la sequía goleadora es algo normal en los últimos tiempos. Rumores, por cierto, que le habían situado en el Real Betis, que ya se había fijado hace unos meses para incorporarlo al filial y fue ese interés andaluz el que hizo que el cuerpo técnico del primer equipo le hiciese debutar el año pasado y donde logró un gol ante el Barcelona B en esa tarde de fútbol vibrante. Ya en la temporada pasada, una vez debutado, volvió, aunque tarde, a un filial ya tocado de muerte tras el penoso incidente del pseudo cese de Valdo ya que el entrenador siguió entrenando una vez que nadie se había decidido por pagar el finiquito; en esta temporada ha gozado de pocas oportunidades y lo más posible es su continuidad en el club, salvo que haya un milagro, ya que el club prefiere no cederlo aunque el jugador esté en un ostracismo innecesario. Cierto es que el jugador no ha hablado pero él sería el primer interesado en marchar si ya sabe que el entrenador no contará con él, algo que no es de extrañar por dos razones: se buscan delanteros y él lo es, Mandiá sólo pone a un delantero y tendría demasiada competencia: Blanco y en botella, leche. Su futuro pasa por una cesión a un equipo de 2ºB o ,incluso, de 3ª si siguiese en pie la oferta del Mar Menor por ser un equipo puntero con intención de subir a 2ªB. Cualquier cosa menos la inactividad... y su padre lo sabe.

Es curiosa la labor de los padres de los jugadores. Según los entrenadores del fútbol - base son los responsables de la presión a los chavales. En vez de mirar por su formación como futbolistas y como personas, su preocupación es preguntarse porque el entrenador no pone a su hijo y pone al "petardo" del hijo del vecino. Por no hablar del mal ejemplo que se da en las gradas donde están los familiares y donde las disputas son mayores en cualquier lance del juego que acabe con un chaval sobre el césped artificial o la tierra... así, hasta llegar a criticar a un jugador famoso por boicotear la trayectoria de su hijo como acusó el padre de Portillo a Raúl. El padre de Máyor quizás le habrá echado algo más de realismo a la situación deportiva de su hijo porque sería una lástima echarlo a perder mientras que el club busca a delanteros seguramente con las mismas características que el joven valor de la cantera herculana.