martes, enero 25, 2005

Cualidades de un presidente

La tertulia de ayer en Onda Cero, desarrollada en el excelente marco de Salones Dársena, trató sobre el tema del Hércules. Una de las cuestiones fue sobre si un presidente debe ser del equipo o bastaba con ejercer como empresario sin vinculación afectiva. Para opinar habría que diferenciar, en un principio, entre dos esquemas de club: el tradicional(Ath.Bilbao, Barcelona, Osasuna, Real Madrid y equipos fuera de la LFP) y la S.A.D. que se creó en el año 1990. Dos sistemas diferentes pero que suponen un cambio, generalmente a peor en la transformación hacia la SAD de muchos equipos. Con los clubes es habitual que el presidente sea gestor(a veces menos) pero más aficionado por la sencilla razón de que han de ser socios de ese club, han de pasar por las urnas para ser escogidos como presidentes; por otra parte, la conversión en S.A.D. convirtió la figura de presidente en la de un máximo accionista que puede ser aficionado del club pero también, por la venta de acciones, puede convertirse en presidente gente que no sea de ese equipo como puede ser el caso de Piterman en el Alavés o el fatídico Antonio Asensio cuya actitud hacia el Hércules fue terrible y uno de los responsables de lo acontecido en Alicante, especialmente a través de determinadas compañías

Lo evidente es que sería interesante que una persona que se encargue de un club tenga alguna vinculación afectiva con éste pero manteniendo el sentido común en la gestión como puede ser el caso de Florentino Pérez o Patxi Izco, presidente de un Osasuna tradicional en buenos presidentes en los últimos tiempos. Tampoco vendría mal que el presidente sepa delegar en personas capaces que puedan trabajar exclusivamente por el club de forma profesional. Otra cosa que el presidente debe tener clara es cuál debe ser su actitud respecto al club, saber cuando debe aparecer por un vestuario y cuando no(es decir, no ser un presidente impulsivo al estilo Lopera o del fallecido Jesús Gil), ser consciente de las prioridades de un club independientemente de la marcha deportiva del club(tener cosas claras en el aspecto social, institucional,etc)En definitiva, una verdadera lección de "savoir faire" exento de populismo que, a veces, es una demostración de ser de un club cara a la galería pero que en las oficinas no se muestra como tal; dicho de otra manera, profesionalidad y sentido común en la gestión del club y una emotividad sin excesos populistas tanto en las declaraciones a la prensa como los aspavientos en el palco.

Otrosí: El amiguismo en el fútbol es algo que se debe eliminar, sobre todo, cuando se convierte al club en "escudo" en las decisiones que se tomen.