Es
archiconocido que un jugador juega con mucha tensión, “ muchas
revoluciones por minuto” y que eso, a veces, juega malas pasadas. A
Gai Assulin le pasó eso contra el Club Deportivo Tenerife. Alguna
tarascada previa con Carlos Ruiz le hizo ir a por él, tomarse la
justicia por su mano y fue expulsado justamente. Sabe el jugador
hebreo que recibirá castigo, que lo normal será que sea económico
y no deportivo porque esa opción puede ser más complicada de
mantener durante la temporada mientras una sanción económica se
puede fijar en el reglamento propio del club. Curiosamente, su
expulsión ha llevado un halo de crítica por la irresponsabilidad
del jugador cuando otros jugadores han dejado al equipo en
inferioridad numérica sin tanta rabia como la que se percibe con
Assulin. No es tanto defensa del jugador hebreo, porque fue algo
absurdo y muy cantado ante el árbitro, como considerar excesivo lo
que se lee por ahí. Una expulsión absurda como otra cualquiera, que
obliga a un mayor esfurzo para sus compañeros.
Con
todo, lo peor para el expulsado es que el equipo responda a la
situación de inferioridad numérica. Deja en evidencia que su juego
ha sido poco afortunado. Decía Helenio Herrera que “se juega mejor
con diez que con once”. En sí, habría motivos para entenderlo.
Por ejemplo, la motivación de los jugadores para jugar más
conjuntados para compensar la pérdida de un jugador, empujar la
obligación de ganar a los que están en superioridad numérica,etc.
Ya con nueve tienes que jugar buscando ese toque de suerte(así, el
Hércules C.F. habría ganado con nueve a la S.D. Ponferradina la
temporada pasada si Braulio hubiera marcado ese penalty en el minuto
final del partido) y, ya con ocho, es jugar en plan muralla defensiva
y rezar. Eso sí, jugar en inferioridad numérica y con el resultado
en contra ya es más complicado pero, en alguna ocasión, se ha
logrado reaccionar. También es cierto que cambia mucho si el
expulsado es un puesta clave o intrascendente. Clave sería el
portero, el delantero, uno de los centrales y, en menor grado, un
centrocampista(que no interiores) ya que, lo normal(y necesario en el
caso del guardameta) es que acabe siendo necesario un cambio si es
posible. Otros puestos como el mismo de mediapunta no requeriría
tanta urgencia de cambio. Ya, con dos jugadores menos, es más
complicado llevar adelante el partido y lo normal es acabar en la
“cueva”(área grande propia) y esperar que, si hay alguna ocasión
perdida, poder aprovecharla.
Bueno,
al menos, para quitarnos un poco el mal sabor de boca, podemos ver
otras expulsiones absurdas y entender que ésto pasa en el fútbol y
de forma más extravagante. No es cuestión de perdonar a la ligera a
Gai Assulin(que él entienda que no puede cometer esos fallos) pero
tampoco condenarlo a la hoguera. Os dejo un enlace que prepararon en
Grada360.
Apunte.
Es curioso que siempre se proteste por el coste “excesivo” de los
fichajes pero nadie se escandalice por lo que reciben los grandes
actores en sus películas cuando el funcionamiento es el mismo:
depende de la reacción del número de público viendo sus películas/partidos,
comprando el merchandising (DVD/ Equipaciones u otros objetos) y el
propietario de la productora/del equipo de fútbol coge más valor
cuando mejores estrellas/fichajes tenga. En este caso, el único
problema es que la competición(a diferencia de las películas) sufre
con un mayor desequilibrio competitivo.
Acta de la semana ante el C.D. Tenerife: Con la expulsión de Gai Assulin como dato relevante.