Como saben desde los primeros años de nuestra exitencia, tenemos cinco sentidos:gusto, vista, tacto,olfato y audición. Sirven para ayudarnos a sobrevivir, a disfrutar de los placeres, a estar alerta de los peligros,etc. Los sentidos nos proporcionan información de lo que sucede a nuestro alrededor a través de la percepción de las señales del entorno. Si lo trasladamos a la esfera herculana, nos podemos encontrar con unos sentidos que perciben cosas que, por desgracia, sería un error "esconder" porque, a veces, se sirve mejor indicando lo que falla y no dejarlo todo a palmas que, durante años, han demostrado ser perjudiciales.
Así, la vista capta un videomarcador que siempre ha estado "enfermo" y que, ante el Elche, mostró una imagen de falta de cuidado en la pantalla- ya con el anterior marcador hubo problemas-, que nos recuerda el poco interés por hacer del marcador un verdadero valor. Otra cosa que se percibió, aunque menos relevante, es la vuelta a una U televisiva más normal, más estática. Seguro que más de un aficionado puede indicar otros aspectos que denotan poco interés.
Por otra parte, la audición y que se sufre habitualmente, pero anteayer con mayor intensidad, "gracias" a una megafonía estridente y apenas perceptible. Desde la imposibilidad material de saber quién hizo el saque de honor hasta los cambios que no se podían averiguar porque el marcador estaba también a punto del K.O.
Del gusto, resaltaría la ingesta de las pipas en mayor grado que otros años. Ya saben que los "comepipas" suelen ser aficionados que se sientan a ver el partido, emiten algún grito pero el juego anodino impide que se emocionen-ya en varios partidos quien escribe se sumergió en el mundo de las pipas ante el aburrimiento que provoca el fútbol insustancial de Juan Carlos Mandiá- pero que tampoco se ven motivados a seguir gritos de los grupos de animación del Hércules C.F., que también sufren ante la poca ayuda de los futbolistas para dar motivos a los ánimos.Lejos,muy lejos, queda aquel fútbol entretenido de hace unos años, incluso el de los malditos 78 puntos que incitaba a animar más y comer menos.
El tacto de las sillas vacías ante la decidida baja de bastantes abonados y que están, también, a la vista del herculano que se siente triste porque había insistido que iba a ocurrir desde aquel 10 de junio cuando el colegiado pitaba el final del partido en Alcorcón con el "circo" permitido por el entrenador. Cierto déjà vú de aquel año de José Carlos Granero cuando se perdía cerca de dos mil abonados por seguir un año más.
Y, por último, el olfato,el insufrible olor a chamusquina de un año que se barrunta complicado por una planificación que deja mucho que desear, con un entrenador que se mofa de los insultos y se queja de los "pocos" entrenamientos a pesar que diez de los catorce jugadores estaban desde el día 10 de julio,etc.
Ya nos gustaría escribir cosas positivas de la entidad, fichajes ilusionantes, una apuesta inteligente de cantera(ya será el hecho de que cuenten con jugadores del filial y juvenil para que el equipo acabe subiendo a Tercera División) pero, por desgracia, desde las altas estancias del club, se ha decidido por el estropicio de forma reincidente, alarmante.