Lo comentaba por los diferentes foros en plena vorágine de fichajes: la manía que le dio a las aficiones que estaban en las diferentes presentaciones de pedir que el nuevo jugador besase el escudo del equipo por el que había fichado. El hecho, en sí, es un poco absurdo, es "idolatrar" a una persona demasiado pronto y sin saber lo que acontecerá con el tiempo. Realmente, la estima del futbolista hacia el club aparece con el paso del tiempo. Todos sabemos que los futbolistas, ante todo, son profesionales que un día están en un sitio y al otro día están en la punta contraria del país; pocos son los jugadores que ven con el tiempo que sienten tal aprecio por el equipo que nunca se plantearían fichar por el "eterno rival". Es decir, saben que su vida acabará ligada a ese club, a esa ciudad que, en esta ocasión, es lógico que sean halagados, idolatrados por dicha afición. Es, en este momento, cuando la afición aplaude el gesto del beso hacia el escudo porque sí es más sincero que lo de antes. Este gesto del beso, aun con la gracia que supone ver a unos cuantos noveles del "nuevo" sentimiento, lo tengo atragantado desde que un joven canterano de cierto equipo que también estimo hizo eso...y, a las tres semanas, estaba fichando por el Atlético de Madrid tras su año del debut en el primer equipo.Nadie le negaba su derecho a fichar por un equipo con más ambiciones(aunque acabó bajando a 2ªDivisión ese mismo año mientras que su ex equipo lograba la Copa del Rey) pero ese gesto debía mostrar que no cambiaría la camiseta por otra cualquiera...o, al menos, no haberlo hecho tan rápido.
Aunque no parezca que tenga relación, este tema del beso lo extiendo a un entrenador que no duda en elogiar su paso por el Hércules en sus dos etapas. Artífice del ascenso a 2ª(2004/05) y del "casi"a 1ª(2008/09), tiene al equipo blanquiazul en su boca cuando le preguntan. Obviando cualquier comentario detallado sobre la entrevista publicada esta mañana en el diario Información, da la sensación de no tener remordimiento alguno sobre lo acontecido en junio cuando marchó a Santander; él cree que hizo bien mas el ambiente indica lo contrario cuando toda la afición herculana desea que el cruce de Copa del Rey, de eliminar al conjunto oscense, le haga encontrarse con el propio Racing y la presencia de Juan Carlos Mandiá en el banquillo visitante rellene la información diaria en esos días. Como aquel beso del canterano, todo comentario halagador del entrenador hacia el Hércules acaba creando una tensión anormal(más cuando comete deslices de recordar un fallo que no le hará gracia alguna a su protagonista) porque provoca que la gente no olvide su acto de marcharse cuando llevaba una parte de la planificación de este Hércules 2009/10 en marcha. El rencor es evidente cuando una parte se obstina en sentirse "tan herculano"-o d eun equipo X porque es una generalización- y no dudar en marcharse a la mínima. No se le niega que, como profesional, quiera crecer pero lo mejor es no insistir en mostrar unos sentimientos que los hechos se obstinan en negar.
Apunte Carleto está demostrando ser un jugador especial. Sus dos goles onsecutivos marcados de falta(UD Salamanca y UD Levante) nos muestran que tiene potencia y suerte a la par. Sin embargo, esa afición franjiverde que tanto celebró su gol en el estadio levantinista se quedó estupefacta al verlo como tocaba levemente el balón con el brazo dentro del área. El árbitro no dudó en señalar el punto de penalty. En el mismo día fue artífice de las alegrías y tristezas ilicitanas.