Una vez más, se ha vuelto a juntar retransmisión matinal de Canal + y derrota herculana. El 2-1 de hoy se explica por una sencilla razón que, a su vez, nos hace comprender porque un equipo va directo al ascenso y otro apuesta por mantenerse en la parte media: confianza en lo que hace, sobreponerse a los momentos negativos y suerte. En el Hércules, el sino es constante y poco importa como empiece el partido. La pena es que el equipo no jugó mal el encuentro, tuvo sus opciones de ponerse por delante pero, lo escrito, un equipo tiene suerte y confianza y otro está negado de cara a portería. El inicio del encuentro fue de dominio blanquiazul que, sin llegar claro a la meta de Núñez, se le veía que tenía controlado el encuentro. Una jugada de tiralíneas Tote-Sendoa- Rubén Navarro no veía resultado mientras un disparo seco de Rodri desde la frontal, después del saque de esquina estuvo a poco de entrar. Tras pasar el ecuador de la primera parte, el control del balón pasaba a ser local mientras que el Hércules sufría. En un minuto, como si fuera el ejemplo de lo acontecido en la segunda parte, el Hércules, en un disparo de Tote tras pase de Rubén, tuvo el 0-1 pero Núñez evitó el gol alicantino; en la siguiente jugada, tras un saque de esquina mal desarrollado, el Numancia tuvo el 1-0 pero se fue fuera.
La segunda parte dejó clara la razón de los veinte puntos de diferencias, penalti riguroso incluido. Porque Carmelo tuvo la mejor opción de lograr el 1-0 en una pena máxima, la octava de esta 2007/08, que Unai impidió que entrara. UN disparo lejano de Beranger enojó al cancerbero alicantino que empezaba a tener trabajo.A los 11 once minutos de la reanudación, Toché remataba de cabeza de forma ajustada(por eso hablaba de suerte) tras pase desde la derecha. El Hércules se veía obligado a marcar si deseaba puntuar y lo hizo de la forma más sorprendente: aunque las jugadas estratégicas le salen bien, nadie esperaba que el remate de Diego Jaume entrase por el lugar más insospechado, entre el defensa y el poste. Los seis minutos que separaron el 1-1 del 2-1 fueron claves para el devenir del encuentro: tarjeta amarilla a Ion Vélez tras entender el colegiado que no había penalti y que se había tirado el delantero vasco-contacto sí que hay, leve, pero fue descarada la manera de tirarse y eso provocó la reacción de un mal árbitro como Hevia Obras- y, poco después, era Rubén Navarro quien tuvo el 1-2 en sus botas pero no tuvo la suerte que tiene el Numancia: un disparo de Julio Álvarez toca levemente en un jugador herculano pero el balón hubiera entrado igual de inapelable. Por segunda vez, Unai se desgañitaba al ver cómo dejaban tirar al equipo rival desde lejos sin un ápice de presión. El resto del encuentro fue un control del balón por parte del conjunto local mientras que el Hércules no veía como llegar porque, para más inri, el colegiado decidió sacar una tarjeta a Ion de forma alevosa, provocando la expulsión y jugar con uno menos. Salvo el disparo de Farinós, poco más tuvo el Hércules de opción ante portería. De nuevo, ante las cámaras de Canal +, se volvía a perder y sólo queda como algo positivo, aquel empate en el Martínez Valero en la primera temporada tras el regreso a 2ªA.
Apunte Cuando un jugador hace lo que Martin Taylor es que no está bien de la cabeza: una patada atroz hacia la tibia del jugador del Arsenal Eduardo, a los tres minutos de juego, sin que se pueda alegar que llegó tarde. Las imágenes son escalofriantes. Estaremos a la espera de ver la sanción que pueda tener el jugador pero puede ser bastante ejemplar vista la trascendencia que está teniendo