Tras una noche de jolgorio carnavalesco, parece ser que algunos se han quedado con ganas de juerga y continuaban todavía la marcha durante el partido.
Así por ejemplo, la grada se disfrazó de árbitro, y le sacó tarjeta roja a todo bicho viviente que pasara por allí; Farinós, probó raparse el pelo a ver si alguien le confundía con De la Peña... como dicen en el anuncio ...le ha faltado esto: un ente fantasmal (como si no fuera suficiente el disfraz) que pasaba por allí y que tenía ganas de protagonismo, primero se disfrazó de aspersor, y como fue fácilmente ignorado, después lo hizo en forma de poste de la portería (aunque a pocos minutos de comenzar la segunda parte, no me importó que fuera así, lo malo vino después) y, por supuesto, no puedo dejar de mentar a Goiko, que decidió vestirse de samurai japonés en pleno ritual del Harakiri , y es que en esta vida hay cosas que no se pueden decir, por mucho que crea haber entendido lo que pretendía con ello.
El partido, lo que es el partido, no tuvo mucha historia, más bien ninguna . El Granada 74 se limitó a defender con orden; y el Hércules se limitó a atacar sin sentido, en resumen, un tostón. Así que yo tenía dos alternativas: O me abandonaba mansamente en los brazos de Morfeo; o le seguía el juego a mi churri, a quien no se le ocurrió (inventos del diablo) otra cosa, más que ver cuántos móviles podía encontrar con el bluetooth (qué cosas...¿por qué llamarán “diente azul” a ese tipo de tecnología?) de su teléfono, impactante, hasta 20 pudimos contabilizar...como estuvieron las cosas para decir que eso fue lo más entretenido del partido.
Y la próxima semana derby familiar (mi padre es manchego)entre el Albacete y el Hércules y ya duele decir que perder podría meternos en un aprieto.